México anunció que pondrá en marcha un centro mexicano de supercómputo con sede temporal en el Barcelona Supercomputing Center (BSC), en España.
Además, la próxima semana el Gobierno presentará la construcción de lo que será la supercomputadora más grande de América Latina, un proyecto que comenzará en enero de 2026. Así lo explicó Jorge Luis Pérez Hernández, coordinador nacional de Infraestructura Digital, durante la conferencia presidencial.
El funcionario destacó que el nuevo equipo será "100% mexicano" y tendrá una capacidad muy superior a cualquier supercomputadora actualmente operando en la región.
Para dimensionar la diferencia, Pérez señaló que la supercomputadora MareNostrum 5, utilizada en Barcelona, puede realizar 314 billones de operaciones por segundo, una velocidad necesaria para resolver tareas complejas que hoy tardan semanas en completarse. Por ejemplo, procesos fiscales o climáticos que en México pueden tardar hasta 30 días, con una supercomputadora se resuelven en cuestión de horas.
La colaboración con el BSC permitirá iniciar proyectos urgentes mientras se construye la infraestructura nacional, un proceso que podría durar entre 24 y 36 meses. Barcelona fue elegida porque es uno de los centros más avanzados del mundo, con 20 años de experiencia y cientos de proyectos científicos.

Usar temporalmente sus instalaciones permitirá que México no retrase trabajos importantes como predicción del clima, análisis de datos o cálculos fiscales.
Uno de los proyectos prioritarios será la creación de un modelo climático nacional. Pérez explicó que, debido al aumento de fenómenos meteorológicos extremos, México necesita mejorar la calidad y la rapidez de sus pronósticos. Un ejemplo de esto son huracanes que cambian de categoría en pocas horas o sequías que avanzan más rápido de lo previsto. Modelos más precisos permitirán anticiparse a estos eventos y proteger a la población.
El país también utilizará el supercómputo para analizar millones de imágenes satelitales relacionadas con la agricultura, lo que ayudará a identificar plagas, falta de agua o necesidades de fertilización. Además, se desarrollarán modelos de inteligencia artificial para instituciones públicas, por ejemplo, sistemas capaces de detectar irregularidades fiscales, optimizar aduanas o procesar grandes volúmenes de datos de salud y educación.
Por su parte, la secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, Rosaura Ruiz Gutiérrez, explicó que el convenio con Barcelona permitirá integrar a universidades mexicanas y formar especialistas. Habrá estancias para estudiantes de doctorado y posdoctorado en el BSC, lo que fortalecerá el talento nacional en áreas como inteligencia artificial, matemáticas aplicadas y simulación científica.
La presidenta, Claudia Sheinbaum, subrayó que México necesita mayor capacidad de cómputo para procesar información climática y científica. Afirmó que la supercomputadora mexicana comenzará a construirse el próximo año y será clave para temas de meteorología, prevención de desastres y análisis de datos que antes requerían sistemas extranjeros.
Finalmente, Mateo Valero Cortés, director del Barcelona Supercomputing Center, destacó que el supercómputo es esencial para la soberanía tecnológica. Señaló que, en los últimos 20 años, la tecnología ha avanzado a un ritmo 10 mil veces más rápido, y aseguró que los países que desarrollen su propio cálculo y manejo de datos tendrán una ventaja estratégica en innovación, ciencia y seguridad.