La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, confirmó que el nuevo paquete de aranceles a productos provenientes de China y otros países asiáticos entrará en vigor el 1 de enero de 2026.
La medida, explicó, busca proteger el empleo nacional, corregir distorsiones en el comercio exterior y fortalecer industrias estratégicas que, en los últimos años, han enfrentado una fuerte presión por el aumento de importaciones a bajo costo.
Durante la conferencia matutina, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, señaló que esta decisión forma parte de una política industrial integral. Advirtió que, de no aplicarse estos aranceles, México podría perder hasta 350 mil empleos en sectores como el automotriz, textil, calzado, siderúrgico y de manufactura.
Como ejemplo, explicó que una planta automotriz que compite con autos importados muy baratos puede reducir turnos o cerrar, afectando directamente a cientos de familias.
Ebrard justificó la medida al señalar que estos sectores han enfrentado competencia desleal, ya que algunos productos importados llegan al país con precios por debajo de los valores de referencia internacional. Esto provoca que artículos hechos en México, aunque tengan calidad similar, no puedan competir en precio y queden fuera del mercado.

El funcionario destacó que antes de anunciar los aranceles hubo diálogo con las industrias involucradas y con el Congreso, con el objetivo de reducir efectos negativos en la economía. Aseguró que el impacto en los precios será limitado, con un efecto estimado de solo 0.2% en la inflación. Por ejemplo, un producto que hoy cuesta 1,000 pesos podría subir únicamente 2 pesos, un aumento casi imperceptible para el consumidor.
Sheinbaum y Ebrard insistieron en que los aranceles no están dirigidos contra un país en específico, sino contra prácticas comerciales desleales. Recalcaron que México seguirá siendo una de las economías más abiertas del mundo y que estas medidas no buscan cerrar el comercio, sino equilibrar las condiciones para las empresas nacionales.
El secretario de Economía calificó la estrategia como "preventiva, sensata y quirúrgica", ya que solo afecta alrededor del 8% del total de las importaciones. Detalló que en algunos sectores el crecimiento de importaciones ha sido acelerado, con aumentos de hasta 34% en la industria automotriz y de más de 20% en textiles, vestido y calzado, cifras que encendieron alertas sobre el riesgo para el empleo.
Además, señaló que los aranceles se complementan con inversiones públicas y privadas, así como con los Polos de Desarrollo Económico para el Bienestar, que buscan generar nuevos empleos y crecimiento regional. La idea es que, además de proteger a las industrias existentes, se creen nuevas oportunidades laborales en distintas zonas del país.
Este giro en la política comercial ocurre cuando México se prepara para la revisión del Tratado de Comercio con Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, prevista para el próximo año, en un contexto de política comercial agresiva por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
China, uno de los países afectados, pidió a México corregir lo que considera prácticas de proteccionismo, al señalar que la medida impacta a más de 1,400 productos, mientras el Gobierno mexicano defiende que los aranceles son necesarios para proteger la economía y el empleo nacional.