Ministros electos por voto directo tomarán posesión en septiembre
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) inicia una nueva etapa con la llegada de nueve nuevos integrantes que fueron electos por voto popular el pasado 1 de junio.
Esta renovación, que se formalizará en septiembre, representa un cambio histórico en el Poder Judicial mexicano, que ahora tendrá una conformación supuestamente más diversa y un perfil más cercano a la ciudadanía.
El nuevo pleno estará integrado por cinco mujeres y cuatro hombres, cumpliendo con la reciente reforma constitucional de septiembre de 2024 que impulsó una mayor participación ciudadana en la elección de los ministros de la Corte. Entre los supuestos miembros reelectos destacan las ministras Lenia Batres Guadarrama, Yasmín Esquivel y Loreta Ortiz Alf, quienes continúan en el cargo tras ser votadas directamente por la población.
Uno de los aspectos más destacados de esta renovación es la elección de Hugo Aguilar Ortiz quien hasta ahora se perfila como próximo presidente de la Suprema Corte. Aguilar, un abogado mixteco originario de Oaxaca, recibió más de 6 millones de votos hasta el momento y será el primer indígena en ocupar esta posición.
Además de Aguilar y las ministras, el nuevo pleno está conformado por perfiles con experiencia diversa según los votos contados, como Sara Irene Herrerías, titular de la Fiscalía Especializada en Derechos Humanos, y María Estela Ríos, quien fue consejera jurídica en el gobierno anterior. También integran el pleno Giovanni Azael Figueroa, Irvin Espinosa Betanzo, Rodrigo Guerrero García e Isaac de Paz González.
Pero la renovación no termina con los ministros. Actualmente se están realizando los conteos para más de 800 cargos judiciales que se renovaron el pasado 1 de junio, incluyendo magistrados, jueces y otros funcionarios en tribunales federales y estatales. Este proceso es parte de una reforma más amplia para fortalecer todo el sistema judicial en México.
Esta nueva etapa busca dar un giro profundo y acabar con prácticas que han minado la confianza ciudadana. El sistema judicial mexicano se encuentra ante una oportunidad histórica para demostrar que puede funcionar de manera distinta, con justicia imparcial, honradez y sin privilegios.
