Armando de 23 años, murió al pisar accidentalmente una mina terrestre mientras se dirigía a trabajar en una huerta de limón en la localidad de El Alcalde, municipio de Apatzingán, Michoacán. La explosión ocurrió en un camino rural entre las comunidades de El Alcalde y Las Bateas, una zona marcada por la presencia de grupos criminales.
Este trágico incidente se suma a una serie de eventos similares en la región de Tierra Caliente, donde en lo que va del año se han registrado al menos siete muertes y tres personas heridas debido a explosivos improvisados colocados por integrantes del crimen organizado. Las autoridades han desplegado operativos en la zona para localizar y desactivar estos artefactos, y se han reportado más de 500 explosivos asegurados y destruidos en la región.
La situación en Apatzingán refleja la creciente preocupación por el uso de "narcominas" en áreas rurales, representando un grave riesgo para la población civil y especialmente para los trabajadores del campo que transitan por estas zonas diariamente.