El Papa León XIV expresó su profunda consternación tras el ataque ocurrido contra la iglesia de la Sagrada Familia en Gaza, uno de los pocos refugios de la comunidad cristiana en medio del conflicto armado en la Franja.
Durante su audiencia general en la Plaza de San Pedro, el pontífice condenó con firmeza el ataque, que dejó varios civiles heridos y causó severos daños al templo. "La casa de Dios debe ser un santuario de paz, no un objetivo de violencia", declaró con voz conmovida ante miles de fieles.
El líder de la Iglesia católica hizo un llamado urgente a las partes enfrentadas para decretar un alto al fuego inmediato y duradero, e instó a la comunidad internacional a redoblar esfuerzos diplomáticos para lograr una solución humanitaria al conflicto.
"Levanto mi voz por los inocentes atrapados en esta espiral de odio. Nadie puede justificar la destrucción de un lugar sagrado, ni el sufrimiento de los más vulnerables", subrayó el Papa, quien también pidió oraciones por las víctimas y reiteró su disposición a mediar por la paz.
La iglesia de la Sagrada Familia, dirigida por la pequeña comunidad cristiana latina de Gaza, ha servido como refugio para decenas de personas desplazadas. Aunque aún no está claro quién fue el responsable directo del ataque, organismos humanitarios han denunciado un incremento en los bombardeos que afectan zonas civiles, incluidos hospitales, escuelas y templos religiosos.
El Vaticano anunció que enviará asistencia humanitaria a través de Cáritas Internacional y mantiene comunicación con líderes religiosos de la región para coordinar acciones de ayuda.
Esta no es la primera vez que el Papa León XIV se pronuncia sobre la crisis en Gaza. Desde el inicio de las hostilidades, ha insistido en la necesidad de un diálogo inmediato, rechazando toda forma de violencia en nombre de la fe.