En México, la Red por una Política Fiscal Feminista (RPFF) ha señalado que más de la mitad de los recursos destinados a cerrar las desigualdades entre mujeres y hombres se destinan a programas sociales que carecen de una verdadera perspectiva de género
En concreto, el 52% del presupuesto asignado para promover la igualdad de género en 2025 se concentra en pensiones para personas adultas mayores, que no están diseñadas para atender las necesidades específicas de las mujeres ni para reducir las brechas de desigualdad.
El análisis se basa en dos investigaciones elaboradas por 17 organizaciones no gubernamentales que integran la RPFF. Estas investigaciones examinaron el Anexo 13 del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), que agrupa los recursos dirigidos a políticas de igualdad de género.
Para ese año, el presupuesto total asignado a este anexo fue de más de 508 mil millones de pesos (aproximadamente 27 mil millones de dólares).
De esta cifra, casi 252 mil millones se destinaron al programa Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, y alrededor de 14 mil millones a la Pensión Mujeres Bienestar, dirigida a mujeres de entre 60 y 64 años.
Alejandra Macías, del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, explicó que para evaluar la integración de la perspectiva de género en estos programas se desarrolló el Índice Simplificado de Igualdad Sustantiva (ISAIS)
Este índice considera seis aspectos clave: multidimensionalidad, oportunidad, orientación a resultados, inclusión, sostenibilidad y transparencia.
Los resultados mostraron que, en promedio, los 104 programas incluidos en el Anexo 13 cumplen solo con un 29% de estos criterios, y que los programas con mayor presupuesto tienden a tener menor alineación con la igualdad de género.
Por ejemplo, el programa con más recursos, la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, obtuvo apenas un 23% en el índice.
Además, se identificaron 37 programas con un puntaje inferior al 20%, entre ellos actividades que no parecen relacionadas con la igualdad de género, como la "Operación y mantenimiento de generadores eléctricos" o la "Regulación y permiso de hidrocarburos".
Otro punto crítico es la falta de indicadores claros: solo el 12% de los programas cuenta con metas o indicadores específicos para la igualdad de género, y apenas el 31% reporta información desglosada por sexo, lo que dificulta el seguimiento y evaluación de los avances
Por otro lado, la investigación titulada "Sistematización de la experiencia fundacional del Anexo 13" revisa los casi 20 años desde la creación de esta sección presupuestaria en 2008.
Entre los principales desafíos se destaca la escasa incorporación transversal de la perspectiva de género en el presupuesto y la inestabilidad en los recursos asignados a lo largo del tiempo.
Angélica Nadurille, presidenta de Colectiva Ciudad y Género, mencionó que entrevistas con personas clave involucradas en la creación del Anexo revelaron críticas importantes.
Por ejemplo, la activista Lucía Pérez Fragoso consideró erróneo pensar que el presupuesto ha crecido realmente, ya que gran parte de los fondos etiquetados para mujeres se destinan a programas asistenciales que no contribuyen a reducir las desigualdades estructurales.