Petrolero interceptado cerca de Venezuela será llevado a puerto estadounidense

La reciente incautación de un petrolero frente a las costas de Venezuela volvió a tensar la relación entre Washington y Caracas, en un episodio que combina sanciones, acusaciones de contrabando y una operación militar que el gobierno venezolano calificó como un "asalto"

El buque, identificado como Skipper, fue interceptado por fuerzas estadounidenses y ahora se dirige hacia un puerto de Estados Unidos, donde su cargamento será confiscado.

Según la Casa Blanca, el petrolero había sido previamente sancionado por transportar petróleo iraní al mercado negro y operaba con una bandera falsa, lo que lo colocaba bajo sospecha.

La portavoz Karoline Leavitt explicó que la nave se encuentra "en proceso de decomiso" y que un equipo estadounidense está a bordo interrogando a la tripulación

Leavitt reforzó la idea de que el caso sigue un procedimiento formal:

"Estados Unidos sí tiene la intención de incautar el petróleo, pero existe un proceso legal y será respetado".

Aunque esta vez el cargamento era crudo venezolano, el juez estadounidense que ordenó la incautación lo hizo por los antecedentes del buque con el comercio ilícito de petróleo iraní, según reportó The New York Times.

Una operación militar que Venezuela interpreta como provocación

La captura del Skipper no fue discreta. Helicotperos, lanchas rápidas y agentes fuertemente armados participaron en un operativo que generó indignación en el gobierno de Nicolás Maduro, que denunció el hecho como un acto de "robo" y una violación de su soberanía.

Este episodio llega en un contexto de creciente despliegue militar estadounidense en el Caribe, que Washington justifica como parte de su estrategia contra el narcotráfico. Caracas, sin embargo, acusa a la administración estadounidense de instrumentalizar ese argumento para aumentar la presión política y económica sobre el país.

¿Lucha contra el narcotráfico o presión petrolera?

Las preguntas sobre el verdadero objetivo de Washington no tardaron en surgir. ¿Se trata de combatir las drogas o de presionar por intereses energéticos? Cuestionada al respecto, Leavitt evitó una respuesta única:

"El Gobierno está enfocado en hacer muchas cosas en la región", dijo.

Añadió que tanto la interrupción del flujo de drogas como el cumplimiento de las sanciones forman parte de las prioridades estadounidenses, sin especificar cuál tuvo más peso en la operación contra el Skipper.

La incautación del petrolero no solo abre un nuevo frente diplomático, sino que también evidencia cómo el petróleo -legal o no- sigue siendo un elemento central en las tensiones entre ambos países. Con el caso aún bajo análisis jurídico y el cargamento en camino a suelo estadounidense, queda por ver cuál será la respuesta de Caracas y cómo evolucionará un conflicto que desde hace años combina sanciones, disputas energéticas y acusaciones cruzadas