El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue trasladado este viernes por agentes de la Policía Federal para que se le colocara una tobillera electrónica, en cumplimiento de una orden de la Corte Suprema.
La medida forma parte de un proceso judicial en el que se le acusa de intentar un golpe de Estado tras perder las elecciones de 2022 frente a Luiz Inácio Lula da Silva.
La Corte también le impuso otras restricciones: no puede usar redes sociales, acercarse a embajadas, comunicarse con diplomáticos ni hablar con otras personas investigadas, incluyendo a su hijo Eduardo Bolsonaro, quien vive en Estados Unidos desde marzo. Además, deberá permanecer en su domicilio entre las 19:00 y las 7:00 horas.
Según las autoridades, Bolsonaro y su hijo habrían intentado influir en el gobierno de Estados Unidos para presionar al Supremo brasileño a archivar el juicio por golpismo. Las investigaciones señalan que ambos participaron en gestiones "ilícitas y hostiles" para frenar el proceso judicial, lo que fue considerado como un atentado a la soberanía nacional.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha respaldado públicamente a Bolsonaro. Incluso anunció un arancel del 50% a las importaciones brasileñas, señalando como motivo principal la "persecución" contra el exmandatario. El propio Bolsonaro afirmó que las sanciones son resultado de las acciones de su hijo, quien habría influido en la decisión del líder republicano.
En medio de esta tensión, Bolsonaro calificó las medidas en su contra como una "suprema humillación" y aseguró que jamás pensó en escapar ni conspiró contra la democracia. Aun así, admitió que ha planteado la posibilidad de viajar a Estados Unidos para negociar personalmente con Trump la eliminación de los aranceles, aunque tiene prohibido salir del país.
El expresidente también denunció que el juicio en su contra tiene fines políticos y que busca debilitar a la extrema derecha de cara a las elecciones de 2026, en las que no podrá competir por haber sido inhabilitado debido a abusos de poder durante su campaña en 2022.
La situación de Bolsonaro ha generado polémica tanto en Brasil como en el exterior, y el proceso judicial sigue avanzando con nuevas medidas cautelares. Mientras tanto, las tensiones entre el Supremo brasileño y el gobierno de Estados Unidos escalan, con la figura del exmandatario en el centro de la disputa.