Remedios naturales mexicanos: beneficios, riesgos y secretos de la herbolaria
Ecología

Remedios naturales mexicanos: beneficios, riesgos y secretos de la herbolaria

Por: Fernanda Rivera
CDMX
Fecha: 08-10-2025

La herbolaria mexicana es una de las expresiones culturales más antiguas y profundas del país.


Desde tiempos prehispánicos, las plantas han sido aliadas esenciales en el cuidado de la salud, la alimentación y los rituales espirituales.


En ellas, los pueblos originarios encontraron alivio para el cuerpo y el alma, desarrollando un conocimiento que se transmitió de generación en generación y que hoy forma parte de la identidad mexicana.




A lo largo de los siglos, las plantas medicinales han acompañado a las familias mexicanas como una alternativa natural y accesible frente a los malestares cotidianos. Se estima que más del 80% de la población en México ha recurrido alguna vez a un remedio herbolario, ya sea por tradición, confianza o necesidad.


Sin embargo, lo que para algunos representa sabiduría ancestral, para otros plantea un reto: validar científicamente sus beneficios y establecer límites de uso.


La herbolaria mexicana no solo es parte de la cultura, sino también un campo de estudio que busca equilibrar la tradición con la evidencia científica.


Plantas que curan: los remedios más usados en México




Aunque en México existen cientos de plantas con propiedades curativas, algunas destacan por su eficacia y por ser parte del uso cotidiano. A continuación, se muestran las más comunes, junto con sus beneficios principales y precauciones necesarias.


  • Sábila (Aloe vera)




La sábila es probablemente la planta medicinal más reconocida en todo el país.


Su gel transparente, extraído de las pencas, se aplica sobre quemaduras, heridas, irritaciones de la piel y picaduras de insectos gracias a sus efectos cicatrizantes y antiinflamatorios.


En la cosmética se usa para hidratar, regenerar la piel y acondicionar el cabello. Para uso interno, el jugo de sábila puede mejorar la digestión y fortalecer el sistema inmunológico.


Es importante consumirla con moderación, ya que el exceso puede provocar diarrea o irritación intestinal.


  • Manzanilla




Las flores de manzanilla hervidas liberan compuestos que calman los nervios, alivian dolores menstruales, facilitan la digestión y reducen inflamaciones leves.


También se emplea para combatir insomnio y ansiedad ligera. En uso externo, se utiliza en compresas para desinflamar los ojos o limpiar heridas pequeñas.


Es considerada una de las plantas más seguras, aunque se recomienda supervisión médica en niños pequeños.


  • Hierbabuena




Con su aroma fresco, la hierbabuena es un clásico en la medicina casera. Su infusión alivia cólicos, indigestión, náuseas y dolores de cabeza leves.


Tradicionalmente, también se usa para refrescar el aliento, en baños relajantes o como repelente suave. Su aceite esencial concentrado puede irritar la piel o mucosas, por lo que se recomienda precaución.


  • Nopal




El nopal es un alimento y medicina en uno. Sus pencas contienen fibra, antioxidantes y minerales que ayudan a regular la glucosa y el colesterol. En jarabes, licuados o ensaladas, se emplea para aliviar la tos, la gastritis y la inflamación del colon.


Además, su consumo genera sensación de saciedad, por lo que es útil en dietas para controlar el peso. Para evitar molestias digestivas, se recomienda acompañarlo con suficiente agua.


  • Epazote




De aroma intenso y sabor característico, el epazote tiene propiedades antiparasitarias y digestivas.


Tradicionalmente se usa para eliminar lombrices y reducir gases intestinales. En la cocina mexicana acompaña frijoles y tamales, ayudando a evitar la inflamación. Sin embargo, el aceite esencial contiene ascaridol, que puede ser tóxico si se ingiere en exceso, por lo que su consumo debe ser moderado.


  • Ajo




El ajo se ha considerado un antibiótico natural durante siglos. Sus compuestos, como la alicina, fortalecen el sistema inmunológico y ayudan a combatir infecciones respiratorias o bacterianas leves.


También se asocia con la reducción de la presión arterial y la mejora de la circulación. Su consumo excesivo puede irritar el estómago o afectar la coagulación sanguínea.


  • Cebolla




La cebolla comparte propiedades antimicrobianas y expectorantes con el ajo. Popularmente, se utiliza en jarabes con miel para aliviar la tos y los resfriados, y en cataplasmas para reducir inflamaciones locales. Aunque es segura para la mayoría de las personas, su consumo excesivo en crudo puede causar malestar digestivo.


  • Romero




El romero es conocido por estimular la circulación, mejorar la digestión y aportar antioxidantes. Se emplea en infusiones para aliviar dolores musculares y articulares, así como en enjuagues capilares para fortalecer el cabello. No se recomienda su uso prolongado en grandes cantidades, ya que puede elevar la presión arterial.


  • Árnica




Apodada "la reina de los golpes", el árnica se aplica en pomadas, geles o compresas para reducir moretones, esguinces y dolores musculares. Sus propiedades antiinflamatorias la vuelven indispensable en muchos hogares mexicanos. No obstante, es tóxica por vía oral y no debe ingerirse.


De los códices a la ciencia: el largo viaje del conocimiento




El uso medicinal de las plantas en México tiene raíces ancestrales.


El Códice De la Cruz Badiano, escrito en 1552 por el indígena xochimilca Martín de la Cruz, es el registro más antiguo que describe más de 200 especies y sus aplicaciones terapéuticas, esto evidencia la sofisticación de la medicina prehispánica y su comprensión de la naturaleza.


Hoy, instituciones como el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) continúan esa labor ancestral, investigadores estudian las propiedades químicas y farmacológicas de las especies mexicanas para comprobar su eficacia y seguridad.




Según el INIFAP, menos del 10% de las plantas medicinales del país ha sido formalmente analizado, lo que demuestra cuánto conocimiento tradicional aún espera ser validado por la ciencia.


La Farmacopea de los Estados Unidos Mexicanos, publicada por la Secretaría de Salud, también recopila información sobre plantas de uso terapéutico y comercial, garantizando que los productos herbolarios sean seguros y eficaces.


Los guardianes del saber: herbolarios, médicos y comunidades




El conocimiento herbolario no se aprende únicamente en los libros; se transmite en la convivencia diaria.


En pueblos rurales, médicos tradicionales, curanderos y herbolarios son los guardianes de esta sabiduría, con un profundo entendimiento de cada planta: su aroma, su tiempo de cosecha y las combinaciones adecuadas para aliviar distintos males.




En ciudades, la herbolaria ha encontrado nuevos espacios.


Escuelas como la Escuela Latinoamericana de Educación en Salud Integrativa ofrecen diplomados y talleres sobre el uso responsable de plantas medicinales. Paralelamente, médicos alópatas y terapeutas complementarios integran la herbolaria a sus tratamientos, reconociendo su valor cultural y potencial curativo.


Los investigadores buscan conservar esta herencia mientras la adaptan a los estándares modernos de seguridad y eficacia, permitiendo que la herbolaria mexicana coexista con la medicina contemporánea sin perder su esencia.


Lo natural también puede ser peligroso: beneficios y riesgos




Aunque la herbolaria es parte de la cultura mexicana y muchos recurren a ella por tradición, bajo costo o facilidad, su uso no está exento de riesgos.


Según el artículo "Lo natural no siempre es mejor: riesgos y precauciones en el uso de herbolaria", los remedios naturales contienen múltiples principios activos cuya concentración varía según la planta, la temporada o la región, lo que dificulta garantizar su eficacia y seguridad.


Los preparados caseros no son medicamentos y algunos carecen de estudios científicos que comprueben su efecto. La dosis imprecisa de muchos remedios, combinada con posibles contaminantes como pesticidas o bacterias, puede provocar efectos secundarios graves.




Además, algunas plantas pueden interactuar con medicamentos recetados, disminuyendo su eficacia o causando intoxicaciones.


Para un uso seguro, se recomienda no automedicarse, no sustituir tratamientos médicos, consultar siempre con un especialista antes de usar herbolaria, iniciar con dosis bajas y evitar productos que prometan curar todo.


Aunque los remedios naturales ofrecen beneficios, su consumo requiere precaución y supervisión profesional.




La herbolaria mexicana es un testimonio vivo de la sabiduría de los pueblos originarios y del vínculo profundo del ser humano con la naturaleza, representa una herencia que une medicina, cultura e identidad nacional.


Sin embargo, preservarla requiere equilibrio: no basta con seguir recetas del pasado; también es necesario comprender los riesgos y respaldar su uso con evidencia científica.


México tiene hoy la oportunidad de consolidar un modelo que combine investigación moderna y respeto a la tradición. Con políticas públicas adecuadas, regulación sanitaria y educación sobre uso responsable, la herbolaria mexicana puede convertirse en una herramienta poderosa para la salud y el bienestar.


Las plantas que curan no son solo remedios naturales; son fragmentos de historia, conocimiento y esperanza. En ellas se refleja la memoria de los pueblos y la posibilidad de un futuro en el que ciencia y tradición caminen juntas, al servicio de la salud y del respeto por la tierra. 


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