Resfriados, COVID-19 e influenza H3N2: lo que debes saber
Salud

Resfriados, COVID-19 e influenza H3N2: lo que debes saber

Por: Fernanda Rivera
CDMX
Fecha: 17-12-2025

El invierno transforma la rutina diaria, el frío obliga a cerrar ventanas, a permanecer más tiempo en interiores y a convivir de forma más cercana, especialmente durante las celebraciones decembrinas.


En este contexto, el cuerpo enfrenta un mayor desafío para mantenerse sano, sobre todo cuando se trata de las vías respiratorias.


Durante estas fechas, muchos síntomas suelen minimizarse o confundirse con "malestares normales de la temporada". Sin embargo, detrás de una tos persistente o una fiebre leve pueden esconderse virus que circulan con mayor fuerza en invierno y que, en ciertos casos, pueden derivar en complicaciones serias.


Por ello, este periodo se vuelve un recordatorio constante de la importancia del autocuidado. Prevenir, vacunarse y reconocer los riesgos no solo protege a nivel individual, sino que también ayuda a reducir la presión sobre los servicios de salud y a cuidar a los grupos más vulnerables.


El aumento de enfermedades respiratorias en invierno




Cada temporada invernal en México se registra un incremento significativo de enfermedades respiratorias.


Este fenómeno está relacionado con las bajas temperaturas, que inflaman las vías respiratorias y debilitan las defensas locales del organismo. Las infecciones respiratorias abarcan un amplio rango, que va desde el resfriado común hasta neumonías graves.


Aunque muchas de ellas son leves, su alta frecuencia provoca un impacto considerable en la salud pública, especialmente durante los meses de diciembre a marzo.




El resfriado común es el padecimiento más frecuente. Se caracteriza por congestión nasal, escurrimiento, estornudos y tos, y suele durar pocos días. A pesar de su aparente sencillez, puede facilitar la aparición de otras infecciones si no se cuida adecuadamente.


La influenza o gripe, en cambio, presenta síntomas más intensos. Provoca fiebre alta, dolor de cabeza, dolores musculares, escalofríos y un cansancio marcado que puede durar varios días. Su capacidad de contagio es alta, ya que se transmite fácilmente al toser o estornudar.




El COVID-19 continúa siendo una enfermedad presente y activa durante la temporada invernal. Este virus comparte muchas similitudes con la influenza, aunque puede incluir síntomas como la pérdida del olfato o el gusto y, en personas con factores de riesgo, puede evolucionar a cuadros más graves.




Para darnos una idea del impacto de las enfermedades respiratorias en invierno, las cifras oficiales del año pasado ofrecen un panorama claro.


De acuerdo con el informe epidemiológico de la Secretaría de Salud de México en 2024, se reportaron 165 mil 585 casos sospechosos de Enfermedad Tipo Influenza e Infección Respiratoria Aguda Grave en las unidades USMER del país.


De ese total, 14 mil 051 casos fueron confirmados como COVID-19, con una positividad del 8.5%. Durante 2024 se registraron 684 defunciones por esta enfermedad, con una letalidad del 4.9%, aunque el acumulado de contagios fue 29% menor al del mismo periodo de 2023, con mayor afectación en personas de 90 años y más.




En cuanto a la influenza, la Secretaría de Salud informó que durante la temporada estacional 2024-2025 se notificaron 26 mil 320 casos sospechosos, de los cuales 1,050 fueron confirmados y se registraron 10 defunciones.


Otros virus respiratorios también circularon durante el invierno, con 1,975 casos confirmados, sobre todo en menores de un año, niñas y niños pequeños y personas adultas mayores.


Aunque padecimientos como la faringitis, la bronquitis y la neumonía siguen presentes, las autoridades reportaron una disminución de 15.8% en Infecciones Respiratorias Agudas y de 16.0% en neumonía y bronconeumonía frente a la temporada anterior.


Factores que facilitan el contagio y grupos vulnerables




En base a información del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), uno de los principales factores que favorecen el contagio es el uso prolongado de espacios cerrados y concurridos.


Durante el invierno, la ventilación suele ser limitada, lo que permite que los virus permanezcan más tiempo en el ambiente.


Las reuniones familiares, eventos escolares y actividades laborales propias de diciembre incrementan el contacto cercano entre personas. Esto facilita la transmisión de virus a través de gotitas respiratorias y superficies contaminadas.




Los grupos más vulnerables son las niñas y niños menores de 5 años, las personas adultas mayores, las mujeres embarazadas y quienes viven con enfermedades crónicas como diabetes, asma, EPOC o padecimientos cardiovasculares. Según el ISSSTE, en estos sectores la probabilidad de complicaciones es mayor.


Además, el aire frío y seco favorece la supervivencia de los virus respiratorios. Estas condiciones ambientales permiten que los agentes infecciosos se transmitan con mayor facilidad y rapidez.


La combinación de defensas debilitadas, mayor convivencia y condiciones climáticas adversas explica por qué el invierno representa un periodo crítico para la salud respiratoria en México.


Vacunación: una estrategia central de prevención




La vacunación se mantiene como una de las estrategias centrales para prevenir enfermedades respiratorias durante la temporada invernal.


De acuerdo con él ISSSTE y con los Lineamientos generales de la Campaña de Vacunación para la temporada invernal 2025-2026, la aplicación oportuna de vacunas permite reducir casos graves, hospitalizaciones y defunciones asociadas a padecimientos como la influenza, el COVID-19 y las infecciones por neumococo.


La Campaña Nacional de Vacunación contempla la aplicación de más de 50.5 millones de dosis en todo el país. Estas acciones estarán coordinadas por distintas instituciones del Sector Salud, entre ellas la Secretaría de Salud, CENSIA, IMSS BIENESTAR, ISSSTE, IMSS, PEMEX, así como las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina.


La campaña inicio el 13 de octubre de 2025 y concluirá el 3 de abril de 2026, con la meta de alcanzar al menos el 70% de cobertura nacional antes del 26 de diciembre y el 100% al cierre del periodo.




Uno de los ejes principales de esta estrategia es la vacunación simultánea contra influenza, COVID-19 y neumococo. Las autoridades sanitarias señalan que la aplicación conjunta de estas vacunas es segura y no reduce su efectividad, además de disminuir las oportunidades perdidas de vacunación.


En el caso de la influenza estacional, se utilizará una vacuna tetravalente inactivada, cuya composición se actualiza cada año conforme a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.


Esta vacuna está dirigida principalmente a niñas y niños de 6 a 59 meses de edad y a personas adultas mayores de 60 años, con una meta de cobertura mínima del 95%, además de personal de salud, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas.




Para el COVID-19, la campaña considera el uso de las vacunas Spikevax, de Moderna, y Comirnaty, de Pfizer BioNTech, ambas actualizadas contra la variante LP.8.1. La estrategia se enfoca en la aplicación de dosis de refuerzo a personas de 60 años y más, personal de salud, mujeres embarazadas y población con comorbilidades, con el objetivo de reducir el riesgo de enfermedad grave y muerte.


La vacunación contra el neumococo también forma parte de la estrategia invernal, debido a que esta bacteria puede provocar neumonía, meningitis y bacteriemia. Para la temporada 2025-2026 se utilizará la vacuna antineumocócica conjugada de 20 serotipos, dirigida principalmente a personas adultas mayores de 60 años, quienes recibirán una dosis anual.




Las autoridades de salud reiteraron que todas las vacunas incluidas en esta campaña forman parte del Programa de Vacunación Universal, son gratuitas y no requieren derechohabiencia.


Además, subrayaron que los efectos secundarios suelen ser leves y temporales, como dolor en el sitio de aplicación o fiebre ligera, por lo que llamaron a la población objetivo a acudir a las unidades de salud y protegerse durante la temporada invernal.


Influenza A H3N2: qué es y cuál es la situación actual




La influenza A (H3N2) es un virus respiratorio que forma parte de la influenza estacional y que circula cada año en distintas regiones del mundo.


Se transmite principalmente a través de gotas expulsadas al toser, estornudar o hablar, así como por contacto con superficies contaminadas, por lo que su propagación suele incrementarse durante la temporada invernal.



Este virus pertenece al grupo de la influenza A y se clasifica de acuerdo con dos proteínas presentes en su superficie: la hemaglutinina (H) y la neuraminidasa (N). En el caso del subtipo H3N2, estas proteínas facilitan que el virus se adhiera a las células del sistema respiratorio y se reproduzca con rapidez, lo que explica su alta capacidad de contagio. Debido a su constante evolución, el virus puede presentar variaciones genéticas conocidas como subclados, como el subclado K.




De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los síntomas asociados a la influenza A (H3N2) incluyen fiebre, tos, dolor de garganta, congestión nasal, dolor muscular, dolor de cabeza y cansancio extremo. En niñas y niños también pueden presentarse vómitos o diarrea.


Aunque estos síntomas suelen ser similares a los de otras variantes de influenza, en personas adultas mayores o con enfermedades crónicas pueden derivar en complicaciones más graves.


En México, el secretario de Salud, David Kershenobich, informó que se ha confirmado el primer caso de influenza A (H3N2) subclado K en el país, además de 150 casos de influenza A H3N2 en general. El Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias confirmó el diagnóstico y detalló que la persona afectada recibe tratamiento antiviral de forma ambulatoria, con una evolución favorable.


Durante una conferencia en Palacio Nacional, el funcionario explicó que, aunque esta variante ha sido llamada mediáticamente "supergripe" y ha circulado en países de Europa y Estados Unidos, no representa un motivo de alarma para el país.




Señaló que el subclado K no es distinto a los virus contemplados en la vacuna contra la influenza que se aplica en México, por lo que las personas vacunadas cuentan con protección suficiente.


Kershenobich indicó que la principal característica de esta variante es su mayor facilidad de transmisión, similar a la propagación de un resfriado en espacios cerrados como escuelas o centros de trabajo. Sin embargo, subrayó que responde adecuadamente al tratamiento habitual contra la influenza, incluido el antiviral oseltamivir, cuyo abasto está garantizado en el sistema de salud público.


La Secretaría de Salud informó que el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica mantiene un monitoreo permanente para detectar nuevos casos y observar la circulación de virus respiratorios en el país. El subclado K pertenece al subtipo AH3N2 y presenta cambios puntuales en la proteína hemaglutinina, lo que podría explicar su mayor eficiencia de transmisión entre personas.




Finalmente, las autoridades reiteraron el llamado a reforzar la vacunación contra la influenza, especialmente en niñas y niños de seis meses a cinco años, personas mayores de 60 años y quienes padecen enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, obesidad, asma o enfermedad renal.


Actualmente, la cobertura de vacunación se encuentra alrededor del 50%, por lo que insistieron en acudir a los centros de salud, al destacar que la prevención sigue siendo la mejor herramienta para reducir contagios, complicaciones y hospitalizaciones durante la temporada invernal.


Medidas diarias para reducir riesgos




Además de la vacunación, existen acciones cotidianas que ayudan a prevenir contagios. El lavado frecuente de manos y la ventilación de espacios cerrados siguen siendo medidas básicas y efectivas.


El uso de cubrebocas es recomendable cuando se presentan síntomas respiratorios o se permanece en lugares concurridos. Cubrirse al toser o estornudar también reduce la dispersión de virus.


Mantener una buena hidratación, consumir frutas y verduras ricas en vitamina C y abrigarse adecuadamente ayuda a fortalecer el sistema inmunológico. Evitar fumar es otro punto clave, ya que el tabaco daña las vías respiratorias.


Finalmente, las autoridades insisten en evitar la automedicación. El uso indebido de antibióticos no solo es inútil frente a infecciones virales, sino que puede generar resistencia bacteriana y empeorar el estado de salud.




El invierno trae consigo retos importantes para la salud respiratoria, pero también oportunidades para reforzar la prevención. Reconocer los riesgos permite actuar a tiempo y evitar complicaciones innecesarias.


Cuidarse durante las fechas decembrinas no significa aislarse, sino adoptar hábitos responsables que protejan a todas y todos. Vacunarse, atender los síntomas y mantener medidas básicas de higiene son decisiones que impactan más allá de lo individual.


En una temporada marcada por la convivencia y el cierre de año, la salud se convierte en el mejor regalo, prevenir hoy es la mejor forma de llegar al próximo invierno con mayor bienestar y tranquilidad. 


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