En México seguimos arrastrando la idea de que leer es caro, complicado o reservado para gente "muy lista". Los números parecen confirmarlo -según la UNESCO, el país se mantiene entre los últimos lugares en hábitos de lectura-, pero detrás de esta estadística hay algo más: un conjunto de mitos que desanima a quien quiere empezar
En México persiste la idea de que leer es caro, difícil o cosa de gente "muy inteligente". Es un imaginario que convive con otro dato conocido: según informes de la UNESCO, el país se mantiene entre los últimos lugares en hábitos de lectura. Pero más allá de las cifras, lo que pesa es un conjunto de ideas que pueden desanimar a quien quiere empezar.
Seguramente has visto a un creador de contenido posando frente a una biblioteca enorme y has pensado: "¿Cuánto dinero habrá gastado?".
O quizá te has repetido que leer una o dos páginas "no cuenta", que no eres un lector "de verdad". Los estereotipos alrededor de lo que significa leer son muchos, pero la mayoría no resiste una revisión honesta.

Para desmontarlos, conversamos con cuatro creadoras de contenido literario que, desde su experiencia, ayudan a poner en perspectiva qué implica acercarse a los libros hoy
"Los audiolibros no son leer"
Con el avance de la tecnología, los audiolibros se han convertido en una forma de disfrutar historias mientras se hace ejercicio, se cocina o se viaja en transporte público. Aun así, hay quienes insisten en que escuchar un libro "no es leer", porque no implica tener un ejemplar entre las manos.
Para Ariadna Michelle, creadora del canal Aribooks, esa idea es solo un mito. "Se ha comprobado que tu cerebro hace lo mismo escuchando la historia que cuando la estás leyendo: crea imágenes y escenarios", explica. En su experiencia, lo importante no es el formato, sino la conexión con la historia.

Este mito, que coloca a ciertos formatos como "inferiores", suele alimentar otros
La oferta actual es enorme: cuentos, novelas, mangas, novelas gráficas, guías de amor escritas por youtubers? y aun así es común que alguien sienta que "no es lector" por no consumir grandes cantidades o por leer libros que otros consideran "no serios".
Elizabeth, creadora del canal La Divina Lectora, lo ve constantemente. Conoce a personas que se frustran por no leer tanto como quisieran y que terminan creyendo que no cumplen un mínimo imaginario. Para ella, el mito no tiene fundamento: "Leas un libro o medio libro al año, si a ti te gusta leer, eres lector".
Además, recuerda que la lectura no tiene que ser pesada o académica: "Puedes leer lo que tú quieras: novelas gráficas, mangas o escuchar audiolibros".

Con esto, surge otro prejuicio común: el tiempo
"Leer requiere mucho tiempo libre"
Entre trabajo, estudios y tareas cotidianas, es fácil pensar que no hay espacio para abrir un libro. Pero para Carolina, creadora del canal aries_en_libros, el tema tiene más que ver con prioridades que con horas disponibles.
Suele encontrarse con personas que quieren empezar a leer y le preguntan cuál es su "secreto". Ella observa que muchas de ellas dedican su tiempo libre al gimnasio, a ver series o a salir de fiesta. "Es cuestión de buscar esos espacios", dice. Carolina elige dedicar ese mismo tiempo a la lectura, sin convertirlo en presión ni disciplina estricta.

Y aunque el tiempo es un factor, no es el único mito que circula, especialmente entre los jóvenes
"Los jóvenes no quieren leer"
Lo económico, el entorno y el acceso a materiales son condiciones reales que dificultan la lectura en muchas regiones del país. Sin embargo, la idea de que los jóvenes no leen es, en gran medida, falsa.
Para Pilar G, creadora del canal elpilardeloslibros, este prejuicio no coincide con lo que observa en su comunidad digital. Considera que la lectura vive un nuevo impulso gracias a plataformas como TikTok, que "reavivaron la lectura, igual que ocurrió durante la pandemia, gracias a los creadores de contenido que acercaron los libros a los jóvenes".
En su experiencia, muchas veces el problema no es la falta de interés, sino no haber encontrado todavía el libro adecuado.

"Cada día hay más jóvenes leyendo, pero al mismo tiempo hay más personas que no gozan de este acceso", subraya
Si algo queda claro al hablar con estas creadoras es que la lectura no es un club exclusivo.
No depende del formato, del tiempo libre, del número de libros terminados ni del tipo de historia que elijas.
Es, más bien, un encuentro personal con algo que te hace sentido.
Entre tantos mitos sobre quién puede o no puede llamarse lector, quizá el verdadero desafío sea dejar atrás esas voces y acercarse, sin culpa, al libro -o audiolibro- que sí te habla.