Cada septiembre, en México se activan no solo las alarmas sísmicas, sino también los mitos sobre los terremotos
Según la UNAM, algunas creencias populares atribuyen los sismos a la entonación de "y retiemble en sus centros la Tierra.." en fiestas patrias, al calor extremo, a la temporada de lluvias o incluso al poder del pensamiento. Sin embargo, los especialistas del Instituto de Geofísica de la UNAM explican que estos relatos no tienen sustento científico.
Raúl Valenzuela Wong, investigador del Departamento de Sismología de la UNAM, señala que los sismos se originan a decenas de kilómetros bajo la tierra.
"El calor, el frío o la lluvia no generan movimientos telúricos", afirma
Creencias populares y "septiemble"
La UNAM destaca que el apodo "septiemble" refleja solo la percepción popular.
Aunque ha habido sismos importantes en septiembre, también se han registrado terremotos significativos en otros meses: en febrero de 2018 o junio de 2020, con magnitudes de 7 o más.
Incluso el histórico "sismo del Ángel" que dañó la columna de la Independencia ocurrió en julio, y el "sismo de la Ibero" en marzo de 1979
Los animales y los sismos
Sobre la creencia de que los animales pueden predecir sismos, la UNAM, a través de Julio Velázquez Rodríguez, titular de la Unidad de Búsqueda y Rescate K9, explica que algunos perros tienen sensibilidad auditiva que les permite percibir movimientos del suelo, pero de manera limitada.
No todos los perros pueden desempeñarse como rescatistas; se requiere selección y entrenamiento especializado.
Prevención basada en información confiable
Valenzuela Wong concluye que, según la UNAM, la prevención sísmica debe basarse en información confiable y preparación personal, no en creencias populares.
"Entre más información precisa tengamos, menos mitos y creencias habrá", afirma.
La UNAM resalta que la educación, el conocimiento científico y la cultura de protección civil son las herramientas clave para enfrentar los sismos, más que cualquier señal esotérica o leyenda urbana