Este martes, la nave espacial Starship de SpaceX logró su décimo lanzamiento de prueba con éxito, tras tres misiones consecutivas fallidas que habían generado dudas sobre el cohete insignia de la compañía.
El despegue y posterior amerizaje en el océano Índico marcaron un hito para la empresa de Elon Musk, que busca con Starship apoyar los planes de la NASA de regresar a la Luna y llegar a Marte.
El vuelo tuvo una duración de poco más de una hora, y fue la primera vez que la nueva etapa superior del cohete tocó las aguas de manera controlada. Versiones anteriores del cohete habían alcanzado el océano Índico, pero desde la actualización iniciada en enero pasado, la nave no había logrado replicarlo. Este éxito cierra un capítulo de pérdidas por explosiones no programadas.
Starship es descrita por Musk como el cohete que permitirá al ser humano viajar a Marte. Actualmente va por la segunda versión, que se ajusta ligeramente según los resultados de cada lanzamiento. El objetivo principal es lograr que la nave sea reutilizable, lo que permitiría reducir significativamente los costos de cada misión, algo que Musk ha calificado como "el santo grial" de los viajes espaciales.
El primer lanzamiento de Starship se realizó en abril de 2023 y terminó en explosión a los cuatro minutos de despegue, anticipando los retos que enfrentaría la nave. Fue necesario un año y cuatro cohetes perdidos para que la Starship lograra aterrizar de forma vertical sobre el océano, en el Golfo de México.
Los lanzamientos posteriores 5 y 6 repitieron el éxito, mientras que la versión más reciente presentó tres explosiones consecutivas antes del décimo despegue.
El décimo lanzamiento fue uno de los últimos antes de la actualización a la nueva generación de Starship, que Musk anunció estaría lista para producción y pruebas a finales de 2025. Esta nueva versión será más grande, con 42 motores, y se espera que tenga una intensa actividad de vuelos en 2026. La fecha exacta de los próximos lanzamientos todavía no ha sido programada.
La Starship de dos etapas, que incluye el propulsor Super Heavy y la nave principal, mide 123 metros y tiene capacidad para transportar entre 100 y 150 toneladas. Aunque el Super Heavy ha logrado aterrizar en tierra, la nave aún no lo ha hecho, un requisito indispensable para futuras misiones a Marte. Además, el viaje al planeta rojo requerirá reabastecer de combustible la nave en órbita, un procedimiento que todavía no se ha realizado.
Más allá de Marte, la Starship está designada para la misión Artemis III de la NASA, programada para 2027, que busca devolver astronautas a la Luna tras más de medio siglo. Para esto, el cohete deberá recibir certificaciones que aseguren la seguridad de la tripulación, cumpliendo estándares estrictos de tolerancia a fallos y control en situaciones de riesgo.
El éxito del décimo lanzamiento no solo fortalece la confianza en la nave, sino que también plantea nuevas incógnitas sobre los objetivos de las futuras pruebas, como lograr aterrizajes en tierra firme y validar sistemas de reabastecimiento en órbita, pasos esenciales para cumplir el ambicioso sueño de Musk de llegar a Marte y colonizar la Luna.