El Día de Muertos es una de las celebraciones más emblemáticas de México, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Cada año, familias de todo el país se reúnen para honrar a sus difuntos mediante altares, ofrendas y rituales que combinan devoción, creatividad y gastronomía.
Sin embargo, más allá de su significado cultural y espiritual, esta festividad también representa un motor económico fundamental para México, impulsando tanto al turismo como al comercio local.
Las flores, el pan de muerto, las calaveras de azúcar, el papel picado y otros elementos de las ofrendas generan ingresos millonarios que llegan a micro, pequeñas y medianas empresas, así como a negocios familiares de barrios y comunidades tradicionales.
Derrama económica nacional y crecimiento de la celebración

Según datos de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, las festividades del Día de Muertos en 2025 generarán una derrama económica total de 49 mil 500 millones de pesos (mdp) a nivel nacional.
Esta cifra representa un incremento del 9.2% respecto a los 45 mil 318 mdp registrados en 2024, consolidando a la festividad como una de las más importantes en términos de consumo y generación de empleo en todo el país.
En los últimos años, la evolución de esta derrama económica muestra un crecimiento constante: de 37 mil 722 mdp en 2022, a 41 mil 198 mdp en 2023, hasta los 45 mil 318 mdp en 2024, reflejando cómo la celebración ha ido ganando terreno no solo en México sino también en la proyección internacional de la cultura mexicana.

Estos ingresos no solo fortalecen a la industria turística, sino que también benefician directamente a microempresas, comercios locales, artesanos, floristas y panaderías que dependen de la demanda de productos tradicionales.
Además, la creciente popularidad de la tradición, reforzada por medios de comunicación, películas y redes sociales, ha generado un interés creciente en destinos turísticos y eventos culturales relacionados con el Día de Muertos.
Turismo y ocupación hotelera: un flujo millonario de visitantes

El turismo es uno de los motores principales de la derrama económica del Día de Muertos.
Según la Secretaría de Turismo (Sectur) del Gobierno de México, durante el periodo de celebraciones se anticipa la llegada de más de 3 millones de turistas, tanto nacionales como internacionales.
De este total, se estima que 1 millón 232 mil turistas se hospedarán en hoteles, con un incremento del 4.3% respecto a 2023, y 2 millones 290 mil turistas se alojarán en casas de familiares, amigos o segundas residencias.
La ocupación hotelera promedio se proyecta en 63.8% a nivel nacional, con algunos destinos superando el 80% de ocupación.
En la Ciudad de México, el Desfile de Día de Muertos y la Megaofrenda en el Zócalo atraen a cientos de miles de visitantes, generando una derrama estimada de 11 mil 446 mdp, según la consultora TrendSights, lo que representa un aumento del 4.2% respecto a 2024.

Se espera que la ocupación hotelera en la capital oscile entre el 69 y el 73%, mientras que la llegada de turistas a hoteles podría superar los 155 mil visitantes, incrementando las ventas de restaurantes, tiendas de souvenirs, florerías y panaderías.
Otros destinos turísticos clave incluyen Oaxaca, con un 83.4% de ocupación hotelera; Pátzcuaro, Michoacán, con 82%; Puerto Vallarta, Jalisco, 81.2%; Cancún, Quintana Roo, 81.1%; y Mazatlán, Sinaloa, 81.1%.
Estas cifras reflejan cómo la celebración no solo beneficia a la capital, sino que genera ingresos significativos en distintas regiones del país, impulsando la economía local y promoviendo el turismo cultural.
Impacto económico en comercio, gastronomía y artesanías

El Día de Muertos representa un periodo de gran actividad comercial para diversos sectores.
Las florerías registran un incremento notable en la venta de cempasúchil y otras flores tradicionales, estimando ingresos de cerca de 70 millones de pesos, según TrendSights. Más de 4,587 comercios dedicados a la floricultura se benefician de la demanda, la cual se concentra principalmente en mercados locales y tianguis.

En la panadería, el pan de muerto se convierte en un producto indispensable. Se calcula que 3,722 panaderías tradicionales de la Ciudad de México elaboran este producto en cantidades suficientes para abastecer la demanda de familias y comercios, mientras que restaurantes y mercados complementan la oferta con tamales, mole y otros alimentos típicos para las ofrendas.

Las artesanías, que incluyen calaveras de azúcar, papel picado, catrinas, velas y objetos decorativos, representan otro sector económico relevante. Muchos artesanos dependen de esta temporada para obtener ingresos significativos durante el año, beneficiando directamente a comunidades de Puebla, Oaxaca, Michoacán, Chiapas y otras regiones donde estas tradiciones están profundamente arraigadas.

Además, el comercio de disfraces y dulces también se ve impulsado por la demanda de productos para celebraciones y eventos escolares o comunitarios.
El comercio local, incluyendo tiendas de conveniencia, autoservicios, mercados y tianguis, también registra un incremento en ventas, fortaleciendo la economía de barrios y pequeñas comunidades.

Según la CONCANACO SERVYTUR, la festividad asegura que los beneficios económicos lleguen a micro, pequeñas y medianas empresas de todo el país, consolidando el Día de Muertos como un verdadero motor económico nacional.
Importancia regional y tradiciones que generan ingresos

El impacto económico varía según las regiones, dependiendo de las particularidades culturales y turísticas de cada estado.
En Michoacán, el Lago de Pátzcuaro y la Isla de Janitzio son epicentros de la festividad. La tradicional velación de los cementerios en la Noche de Muertos atrae a miles de visitantes, generando cientos de millones de pesos gracias a servicios turísticos, hospedaje, transporte y venta de artesanías.

En Oaxaca, las comparsas, los altares y la decoración de panteones impulsan el comercio de gastronomía y artesanías. En 2024, se registró una derrama superior a 280 millones de pesos solo en los primeros días de noviembre.

Otros estados como Aguascalientes, con el Festival de las Calaveras, San Luis Potosí, con el Xantolo, y Yucatán, con el Hanal Pixán, también muestran un impacto económico significativo, demostrando cómo la diversidad cultural de México se traduce en ingresos tangibles para distintas regiones.
El Día de Muertos, además, ha trascendido fronteras. Ciudades con alta población mexicana, como Nueva York y Los Ángeles, celebran la festividad mediante altares, catrinas y exposiciones, lo que contribuye a la promoción de México como destino cultural y refuerza la industria turística internacional.

El Día de Muertos es mucho más que una tradición; es un reflejo de la identidad y la riqueza cultural de México que, al mismo tiempo, se convierte en un motor económico poderoso.
Cada flor, cada pan de muerto, cada calavera y cada ofrenda representan ingresos que sostienen a familias, comunidades y negocios locales.
La combinación de turismo, comercio, gastronomía y artesanías evidencia que una celebración ancestral puede transformar la cultura en prosperidad económica, asegurando que la festividad siga siendo un pilar cultural y económico para el país.