La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó este lunes su esperanza de que Estados Unidos considere a México en la aplicación de los nuevos aranceles para vehículos pesados anunciados la semana pasada por el presidente Donald Trump.
"Estamos ya en pláticas esperando que haya una consideración para México porque si no tendría incluso problemas en Estados Unidos todo lo que no tiene que ver con vehículos terminados", declaró Sheinbaum durante su conferencia matutina.
El anuncio de Trump contempla la imposición de un arancel del 25% a los camiones pesados a partir del 1 de octubre, además de gravámenes de hasta 100% en productos como medicamentos farmacéuticos.
Esta medida refleja la postura proteccionista del mandatario estadounidense, quien ha aplicado otros aranceles desde agosto para fortalecer la economía de su país.
Sheinbaum destacó la importancia de mantener una relación comercial sólida con Estados Unidos y recordó que México posee "una ventaja competitiva muy grande" en diversos sectores. Explicó que, a excepción de los vehículos terminados y el acero, las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos han aumentado en las últimas semanas gracias al "arancel cero" que establece el T-MEC.
El Tratado de Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC) sigue vigente, pero Washington ha impuesto gravámenes a algunos productos mexicanos fuera del acuerdo, mientras se espera la revisión del tratado en 2026. Esto ha generado preocupación en el sector industrial y empresarial del país, que teme afectaciones a la cadena de suministro y a las exportaciones.
En abril, la presidenta respondió a las políticas proteccionistas de Trump con un plan de 18 puntos orientado a fortalecer la industria nacional y la inversión, así como a asegurar la soberanía energética y alimentaria y sustituir importaciones estratégicas.
Analistas consideran que, si Estados Unidos mantiene los aranceles sin excepciones para México, podrían registrarse retrasos en la entrega de insumos y un aumento en los costos de producción, lo que afectaría tanto a fabricantes mexicanos como a consumidores estadounidenses.
Mientras tanto, las negociaciones continúan, y el Gobierno mexicano confía en que se logrará un acuerdo que permita mantener la competitividad de la industria nacional sin poner en riesgo la relación comercial con su principal socio económico.