Trump reconsidera resucitar los acorazados, extintos desde la II Guerra Mundial

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo este martes que está considerando resucitar el concepto de acorazado, un tipo de navío de ataque masivo que desapareció tras la Segunda Guerra Mundial y que actualmente ninguna Armada produce. 

"Creo que deberíamos comenzar a pensar en los acorazados (...) Cuando veo a esos navíos que iban acompañados por destructores. No había nada que los pudiera detener (...) Algunos dirán que es tecnología obsoleta. Pero, no sé. (...) Es algo que estamos, de hecho, considerando", aseguró Trump durante una inusual congregación de generales. 

El mandatario señaló que los aranceles que su Gobierno impone a otros países generan miles de millones de dólares, "suficiente para comprar un montón de acorazados", aunque reconoció que el término es "anticuado". 

También recordó con nostalgia al acorazado Iowa, el último de su clase en servir a la Armada estadounidense, ahora convertido en museo flotante en el puerto de Los Ángeles, y mencionó el documental 'Victory at Sea', de los años cincuenta, sobre combates navales de la Segunda Guerra Mundial. 

Estados Unidos fue el último país en contar con acorazados activos. El Missouri, un navío de la clase Iowa terminado en 1944, fue retirado de servicio en marzo de 1992. Los acorazados de esta serie tenían un desplazamiento de 58 mil toneladas y eran los más grandes construidos, superados solo por los portaaviones, con nueve cañones de 16 pulgadas distribuidos en tres torres masivas. 

Rusia mantiene en la actualidad una unidad de la clase Kirov, un navío de guerra de la era soviética con propulsión nuclear y tamaño comparable al de los acorazados, aunque es catalogado como crucero de batalla en su Armada. 

Los expertos consideran que los acorazados del pasado son vulnerables frente a la tecnología moderna. Los actuales portaaviones, destructores, cruceros y submarinos cuentan con armamento mucho más avanzado que los cañones pesados de los antiguos Iowa, lo que pone en duda la efectividad de resucitar estas naves para la guerra moderna. 

Pese a ello, Trump insiste en que la idea podría ser evaluada, en un contexto donde busca reforzar la presencia militar estadounidense y mostrar fortaleza ante otros países. El debate sobre la viabilidad de los acorazados modernos se perfila como un tema que genera interés entre estrategas militares y la opinión pública.