Ucrania y Rusia han acordado un nuevo intercambio de prisioneros de guerra, centrado en liberar a soldados heridos de gravedad y a combatientes jóvenes de entre 18 y 25 años. Además, el acuerdo incluye la repatriación de los restos mortales de 6,000 militares caídos de cada bando. Este avance se logró durante una reunión reciente entre delegaciones de ambos países en Estambul, con la mediación de Turquía.
Durante las negociaciones, Ucrania también presentó una lista de 339 familias que reclaman el regreso de niños deportados a Rusia, mientras Moscú niega haber realizado traslados ilegales. A pesar de estos avances humanitarios, persisten diferencias significativas respecto a un alto el fuego. Rusia ha propuesto condiciones que incluyen la retirada de tropas ucranianas y el cese de ayuda extranjera, lo cual Ucrania considera inaceptable.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha instado a sanciones más duras por parte del G7, especialmente en relación con las exportaciones energéticas rusas, y ha pedido una mayor implicación de Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump. Además, se ha propuesto una cumbre entre Zelenski, Putin y Trump para finales de junio, con el objetivo de avanzar hacia una solución pacífica.
Aunque el camino hacia la paz aún enfrenta obstáculos, este acuerdo representa un paso significativo en las negociaciones entre ambos países.