México enfrenta críticas internacionales por la protección insuficiente de la vaquita marina, una especie en peligro crítico de extinción que habita en el Alto Golfo de California.
La Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA), organismo que complementa al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en temas ambientales, acusó al país de no aplicar de manera efectiva sus leyes y reglamentos de vida silvestre.
Según la CCA, México está omitiendo la correcta aplicación de la Ley General de Vida Silvestre (LGVS), su reglamento y diversos acuerdos administrativos destinados a proteger a la vaquita. La comisión señala que la pesca ilegal de totoaba es la causa principal del riesgo que enfrenta esta marsopa, considerada la especie más amenazada del planeta.
El Consejo de la CCA instruyó al secretariado para que prepare un expediente de hechos enfocado en la aplicación de tres disposiciones clave para la conservación de la vaquita. La primera es el artículo 55 de la LGVS, que regula la importación, exportación y reexportación de especies incluidas en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES).
La segunda disposición es el artículo 56 del Reglamento de la LGVS, que establece que cualquier movimiento de material biológico de especies listadas en los apéndices de la CITES debe cumplir con la normativa vigente. Por último, se analizan dos acuerdos históricos: el Acuerdo de Veda Totoaba 1975 y el Acuerdo de Redes de Enmalle 2020, que prohíbe permanentemente el uso de redes agalleras en el Alto Golfo de California.
El expediente fue presentado por organizaciones internacionales como el Centro para la Diversidad Biológica, el Instituto para el Bienestar Animal, el Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales y la Agencia de Investigación Ambiental. Todas buscan evidenciar la insuficiencia de las medidas mexicanas frente a la pesca ilegal de totoaba.
Los datos de monitoreo acústico y las estimaciones de población muestran un colapso alarmante de la vaquita marina: entre 1997 y 2018, su población disminuyó alrededor de 99%. En 2018 se estimaban al menos 19 vaquitas, mientras que para 2022 solo quedaban 6 ejemplares, según los registros más recientes.
El CCA advierte que la intensificación de la pesca ilegal de totoaba a principios de la década de 2010 coincidió con un descenso dramático de casi 50% anual en la población de vaquitas entre 2015 y 2018. Esto evidencia que, sin medidas más estrictas, la especie podría desaparecer en un futuro cercano.
La comisión internacional insta a México a fortalecer la aplicación de sus leyes y reglamentos de vida silvestre, así como los acuerdos de protección existentes, para evitar la extinción de la vaquita marina y garantizar la conservación de su hábitat en el Alto Golfo de California.