Los cárteles han operado durante mucho tiempo en la frontera entre Estados Unidos y México desde posiciones ubicadas en las cimas de las montañas mexicanas con vistas a Estados Unidos.
Esto les permitió guiar personas y drogas a Estados Unidos, brindándoles una visibilidad a kilómetros de distancia. Sin embargo, gracias a un aumento sin precedentes en la cooperación de las fuerzas del orden mexicanas, la zona de Nogales, Sonora, está experimentando una mayor frecuencia de patrullajes binacionales que interrumpen las operaciones de contrabando en ambos lados de la frontera internacional.
Una de estas patrullas desmanteló una operación de tráfico de personas cerca del Cañón Mariposa. Las autoridades mexicanas, al sur de la valla fronteriza internacional, encontraron un puesto de vigilancia para el tráfico de personas, donde se encontró una familia compuesta por una madre y su hijo. Aunque se encontraron ilesos, la familia fue trasladada a un centro médico local para una evaluación médica como medida de precaución.
Desafortunadamente, el contrabandista que operaba el sitio logró escapar, pero su operación de exploración fue destruida y retirada por los funcionarios.