Visa para EE.UU.: drama, control y realidad histórica
El panorama político en Estados Unidos está bajo la lupa de la comunidad internacional. Redadas masivas contra migrantes, declaraciones tajantes que los llaman "criminales", y la deportación de personas que intentan regularizar su situación -incluso arrestándolas cuando acuden a cortes migratorias- son solo algunos de los hechos que están generando preocupación.
Y no solo afectan a quienes ya están dentro del país: también se han cancelado visas a personas que ya contaban con una, impidiéndoles volver a entrar.
Entre los afectados hay funcionarios que apoyan misiones médicas cubanas, estudiantes chinos, e incluso figuras del entretenimiento, como el cantante Julión Álvarez, a quien se le revocó la visa necesaria para ingresar a Estados Unidos.
Pero, ¿por qué es tan importante esa visa?, ¿cuándo se implementó?, ¿y qué implica exactamente tenerla o perderla? Aquí te lo explicamos
Cabe aclarar que la visa no es exclusiva de Estados Unidos; muchos países solicitan este permiso como una autorización oficial para que un ciudadano extranjero pueda entrar, permanecer o salir temporalmente de su territorio.
Sin embargo, en el caso de Estados Unidos, obtener una visa no garantiza la admisión al país. La decisión final la toman los oficiales de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en el puerto de entrada.
Las visas en EE.UU. tienen una historia que comienza en 1924 con la Ley de Inmigración de ese año, la cual estableció un sistema de cuotas basado en el origen nacional de los inmigrantes.
Este sistema buscaba limitar la entrada de personas, especialmente provenientes de Europa del Sur y Este, motivado por preocupaciones de seguridad nacional, competencia laboral y, lamentablemente, también por razones xenófobas.
Para México, aunque no era el objetivo principal, la ley incluyó un impuesto de $10 dolares para inmigrantes, querían seguir recibiendo mano de obra barata, pero bajo más control
¿Cómo era la relación de México-Estados Unidos antes de la visa?
Debido a que antes de 1924, no había un sistema formal de control migratorio, como la patrulla fronteriza (creada el mismo año), los mexicanos podían cruzar con facilidad para trabajar en temporadas agrícolas o en otros sectores.
Cómo resultado del auge económico, especialmente en agricultura, minería y ferrocarriles, la mano de obra mexicana era escencial para cubrir la escasez de los trabajadores (y lo sigue siendo), sobre todo en estados como California, Texas, Arizona y Nuevo México.
La inestabilidad política y económica en México, especialmente durante la Revolución Mexicana (1910-1920), empujó a muchos mexicanos a buscar trabajo en Estados Unidos
¿Qué perfil se busca para la aprobación de visa?
De acuerdo con la Embajada de Estados Unidos en México, para aprobar un permiso de entrada se busca que la persona solicitante tenga arraigo, es decir, vínculos fuertes con México como trabajo estable, familia o propiedades que aseguren su regreso al país.
También se evalúa que tenga un propósito claro de viaje, con documentos que lo respalden (invitaciones, registros de eventos, cartas laborales), así como estabilidad económica, demostrada con pruebas de fondos suficientes para cubrir los gastos (como estados de cuenta).
Entrevistamos a Andrea Ocegueda, quien obtuvo su documento migratorio a los 25 años. El motivo de viaje era por trabajo. Ella labora en Jabil, una empresa con matriz en Estados Unidos. Antes de acudir a su cita, contrató a una consultora que la ayudó a preparar todos sus documentos.
Recuerda que la entrevista fue muy breve, de apenas dos minutos. Solo le hicieron tres preguntas:
- ¿A qué se dedica la empresa en la que trabajas?
- ¿Por qué quieres ir a Estados Unidos?
- ¿Eres soltera o casada?
Sus respuestas fueron simples y directas: Manufactura. Trabajo. Soltera. Acto seguido, escuchó el esperado: "Felicidades, tu visa está aprobada."
Eso sí, antes de recibir la buena noticia, tuvo que invertir entre 7 y 8 mil pesos en el trámite de pasaporte, visa y asesoría
¿Estadounidenses en México... sin visa?
Sí. Los ciudadanos estadounidenses no necesitan visa para entrar a México si su visita es por turismo, negocios o actividades no remuneradas, y si su estancia no excede los 180 días. Solo deben presentar un pasaporte válido y llenar la Forma Múltiple de Migración (FMM), que puede obtenerse en línea o al llegar al país.
Si desean quedarse más tiempo, deben solicitar una extensión de estancia ante el Instituto Nacional de Migración o bien salir y reingresar al país.
¿Y por qué México les facilita tanto el ingreso? Una de las razones principales es económica: solo en 2023, más de 13.5 millones de turistas estadounidenses dejaron una derrama superior a 15 mil millones de dólares, según la Secretaría de Turismo.
Además, existen acuerdos bilaterales que fomentan la libre movilidad con fines comerciales y turísticos
Para Andrea Ocegueda, el debate no debería centrarse únicamente en si se les pide visa o no a los ciudadanos estadounidenses, sino en la falta de un proceso de regularización real.
Señala que hay personas de nacionalidad estadounidense que viven y trabajan en México, generando ingresos sin control, y cuyo estilo de vida está encareciendo el mercado local, especialmente en rubros como la vivienda y los servicios cotidianos.
Desde su perspectiva, como sociedad estamos cometiendo un error al no exigir mecanismos claros de regularización, sobre todo si se compara con lo que enfrentan los mexicanos que buscan ingresar legalmente a Estados Unidos: un proceso complejo, costoso y exigente
