El acoso y los ataques hacia las mujeres continúan siendo una realidad alarmante en las calles de Durango. La directora del Instituto de la Mujer, Mina Argumedo, destacó la gravedad de este problema, señalando la necesidad urgente de reforzar esfuerzos para garantizar que las mujeres y jóvenes puedan sentirse seguras en espacios públicos. La violencia de género no solo se limita al ámbito público, sino que también se perpetúa en el entorno doméstico, donde persisten patrones de abuso.
Argumedo subrayó que un alarmante 60% de los casos de violencia hacia las mujeres provienen de los hogares, y a menudo están vinculados al consumo de alcohol y sustancias. Estos factores contribuyen a un ciclo de violencia que afecta profundamente a las mujeres, dejándolas vulnerables y con pocas opciones para escapar de la situación. La violencia doméstica sigue siendo una de las manifestaciones más comunes de abuso, y la directora del Instituto de la Mujer enfatizó la importancia de romper este ciclo para erradicar la violencia desde la raíz.
La funcionaria hizo un llamado a redoblar los esfuerzos institucionales y comunitarios para combatir esta violencia. Es esencial que se implemente una respuesta integral que no solo enfoque en castigar a los agresores, sino que también ofrezca apoyo real a las víctimas. Las campañas de sensibilización y la educación en temas de respeto y equidad de género juegan un papel fundamental para prevenir futuros casos de violencia.
Además, Argumedo insistió en la importancia de que las mujeres sigan denunciando cualquier tipo de abuso o acoso. La denuncia es un paso crucial para poner fin a la impunidad, y aunque el proceso puede ser difícil, es necesario para que las autoridades puedan tomar medidas adecuadas y proteger a las víctimas. La impunidad, en muchos casos, alimenta la perpetuación de la violencia, por lo que se deben fortalecer los mecanismos de atención y protección a las mujeres.
En resumen, el acoso y la violencia hacia la mujer siguen siendo un desafío importante. Se requiere de un esfuerzo conjunto, tanto de la sociedad como de las autoridades, para garantizar la seguridad y el bienestar de las mujeres en todos los ámbitos, desde los hogares hasta las calles.