Drones rusos armados atacan civiles en Ucrania, denuncia la ONU
Desde hace meses, la provincia ucraniana de Kherson y su capital viven bajo el asedio constante de drones rusos, una ofensiva que ha transformado la vida cotidiana en una sucesión de miedo, pérdidas y desesperanza
La Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre Ucrania, respaldada por Naciones Unidas, ha documentado que las fuerzas armadas rusas han cometido crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra al atacar de manera deliberada a la población civil mediante un patrón sostenido de ataques con aeronaves no tripuladas.
Estos ataques, que comenzaron en julio de 2024, se han extendido a lo largo de más de 100 kilómetros en la ribera del río Dniéper, afectando tanto a la ciudad de Kherson como a 16 localidades cercanas bajo control ucraniano.
Las cifras oficiales son contundentes: cerca de 150 civiles han perdido la vida y cientos han resultado heridos, muchos de ellos de gravedad o con secuelas permanentes, de acuerdo a la comisión anteriormente mencionada.
El objetivo principal de esta campaña, según los expertos, es infundir terror en la población y forzar el desplazamiento de los residentes, lo que constituye una violación grave del derecho internacional humanitario
Los testimonios recogidos por la comisión revelan el clima de angustia permanente en el que viven los habitantes de la región.
Muchas personas evitan salir de casa, buscan refugio bajo árboles o solo se atreven a caminar en días nublados, intentando esquivar la vigilancia de los drones que sobrevuelan la zona en busca de cualquier movimiento.
Los ataques no distinguen entre peatones, vehículos o ambulancias; incluso los servicios de emergencia han sido blanco de explosivos lanzados desde el aire, lo que ha impedido que muchas víctimas reciban atención médica a tiempo.
La investigación de la ONU incluyó entrevistas con más de 90 residentes, análisis de cientos de vídeos y mensajes en redes sociales, y la geolocalización de ataques
Los expertos constataron que Rusia utiliza drones civiles de fácil acceso en el mercado, adaptados para portar y lanzar explosivos a distancia.
Estos dispositivos, equipados con cámaras, permiten a los operadores seguir a sus objetivos y atacar con precisión, para luego regresar y ser reutilizados. En ocasiones, se emplean drones suicidas que explotan al impactar.
La difusión de vídeos de los ataques en canales rusos de Telegram, algunos con miles de seguidores, ha añadido una dimensión de horror psicológico.
Las grabaciones muestran en detalle las muertes, heridas y destrucción, a menudo editadas con música y mensajes amenazantes, lo que refuerza el clima de intimidación y deshumanización.
Los expertos subrayan que la publicación de estas imágenes constituye en sí misma un crimen de guerra, al atentar contra la dignidad de las víctimas.
La comisión concluye que los ataques rusos en Kherson no son hechos aislados, sino parte de una política sistemática y planificada para sembrar el pánico y desplazar forzosamente a la población civil
