Cada año, cuando el reloj marca el primer minuto del 1 de enero, muchas personas comienzan rituales y establecen propósitos. Entre los más mencionados está ahorrar dinero, pero ¿cuántos realmente lo cumplen?
Aunque el deseo de ahorrar es recurrente, un alto porcentaje de personas no logra consolidar este hábito. Esto es especialmente notable entre los jóvenes, quienes suelen carecer de un plan financiero claro. Para muchos de ellos, ahorrar no solo parece innecesario, sino que se percibe como un gasto adicional que no encaja en su rutina.
La falta de interés en el ahorro no se debe únicamente a la desorganización o falta de recursos, sino también a la percepción de que los beneficios no son inmediatos. Esta visión a corto plazo dificulta que los jóvenes consideren el ahorro como una prioridad, prefiriendo destinar su dinero a gastos que les generen satisfacción inmediata.
Según el ENSAFI (Encuesta Nacional sobre Salud Financiera) solo el 7.7% de los mexicanos mayores de 18 años tiene la certeza de que siempre le sobra dinero a fin de mes. El 45.9% de la población afirma que casi nunca o nunca le sobra dinero, y el 46.4% restante dice que solo a veces le sobra.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) advierte que solo el 17% de la población está preparada para hacer frente a alguna emergencia o imprevisto sin afectar sus finanzas personales.
El ahorro no tiene que ser visto como un sacrificio, sino como una herramienta para lograr estabilidad y alcanzar objetivos personales. Así que, este año, más allá de los rituales y buenos deseos, vale la pena reflexionar sobre cómo incorporar este propósito de manera realista en tu vida cotidiana.
El mejor momento para empezar es ahora. ¿Estás listo para convertir este propósito en una realidad?