Tras la publicación de una lista por parte de PROFECO que expone a las gasolineras con precios elevados en el combustible, Jaime Mijares, empresario del ramo, defendió el derecho de los consumidores a decidir dónde comprar. Mijares señaló que, como cualquier otro producto, el precio de la gasolina puede variar por diferentes factores, como la calidad o los costos operativos de cada estación.
"El consumidor tiene la última palabra. Hay quien puede ofrecer un precio más bajo porque trabaja con producto de menor calidad, pero al final, es el cliente quien toma la decisión de dónde cargar combustible", afirmó.
El empresario también destacó que existen herramientas como plataformas y aplicaciones públicas que permiten conocer los precios de las estaciones en tiempo real. Estas herramientas ayudan a los ciudadanos a comparar precios y tomar decisiones informadas. Sin embargo, Mijares insistió en que la publicación de nombres por parte de la autoridad puede malinterpretarse y no siempre refleja la realidad detrás de los costos de cada establecimiento.
Uno de los puntos clave mencionados fue la importancia de respetar las normativas establecidas por las Terminales de Almacenamiento y Reparto (TAR). Según el empresario, lo indispensable no es solo el precio, sino garantizar que las estaciones vendan litros completos y cumplan con la calidad ofrecida. Sin embargo, recordó que vivimos un sistema de libre comercio, por lo que no se debe satanizar a las empresas que cobren más.
Mijares concluyó que más allá de las denuncias públicas, debe mantenerse un equilibrio entre la regulación y la transparencia. Mientras los empresarios cumplen con las normativas, los consumidores deben contar con información suficiente para elegir las estaciones que se ajusten a sus necesidades, sin ser manipulados por campañas mediáticas.
En este contexto, la responsabilidad recae tanto en las autoridades, que deben garantizar la equidad en el mercado, como en los consumidores, quienes tienen el poder de orientar la demanda.