Las cenas de Año Nuevo han visto un notable incremento en su costo, que varía entre 400 y 800 pesos, un gasto que muchas familias no pueden asumir. Estos precios superan el salario mínimo, lo que complica la posibilidad de celebrarlo con una comida tradicional.
Las carnes, especialmente de cerdo y res, han aumentado año tras año. El lomo de cerdo, por ejemplo, se vende a 120 pesos por kilo, mientras que la costilla se encuentra a 110 pesos y la chuleta de res a 135 pesos, según explicó Verónica Rodríguez, encargada de una carnicería y frutería local. Además, para completar la cena, las uvas, uno de los productos más esperados, tienen un precio de 130 pesos por bolsa, que equivale a poco más de un kilo de carne.
Este aumento en los precios impacta gravemente los bolsillos de los ciudadanos, ya que no todos pueden permitirse una cena de Año Nuevo. Con los precios actuales, muchas familias se ven obligadas a reajustar sus celebraciones, o incluso a prescindir de productos básicos para la festividad.
Las autoridades y los comercios deberían tomar en cuenta el impacto económico de estas alzas en productos esenciales durante las festividades, ya que el acceso a una cena digna no debería ser un lujo para pocos. Estos incrementos reflejan cómo las celebraciones, que deberían ser un momento de unión, se convierten en un reto económico para muchas familias.