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Lluvias, drenajes viejos y basura: la tormenta perfecta en nuestras calles
Cultura

Lluvias, drenajes viejos y basura: la tormenta perfecta en nuestras calles


Las lluvias que han azotado el país no dan tregua



Casas inundadas, accidentes, árboles caídos y personas atrapadas en medio de la furia de la naturaleza son solo algunas de las consecuencias visibles.


Pero detrás de estas escenas está un problema más profundo que mezcla la naturaleza con la mano del hombre



Las lluvias y sus consecuencias inmediatas

El 15 de julio, una lluvia intensa sacudió Tabachines, Jalisco, afectando 144 viviendas. De ellas, 14 quedaron inhabitables por daños estructurales. Más de 30 vehículos fueron arrastrados por las corrientes que inundaron las calles, dejando imágenes impactantes en redes sociales: muebles apilados en las aceras, sillones empapados y autos atrapados entre edificios.


En Durango, la intensidad fue tal que en solo 12 horas se registraron 52 milímetros de lluvia, casi la mitad del promedio mensual, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua).



La humedad acumulada provocó el colapso de una vivienda de adobe, dejando sin hogar a tres personas. Por suerte, nadie resultó herido



Infraestructura obsoleta y urbanización desordenada

Gran parte del problema radica en la infraestructura. En la Ciudad de México, la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo reporta que el sistema de drenaje incluye tuberías y canales construidos entre 1608 y 1789, combinados con otros "modernos" hechos entre 2008 y 2019.


En Guadalajara, el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) indica que el 19% de sus 8,589 km de drenaje requieren reemplazo, con tuberías que tienen hasta 80 años de uso. Monterrey no se queda atrás con 8,288 km de alcantarillado que datan desde 1956.


Sumemos la urbanización sin control en zonas de riesgo -como riberas y laderas- y la pavimentación masiva que impide la absorción natural del agua.


Esta mezcla provoca que las lluvias se acumulen en las calles y barrios, generando inundaciones severas



El papel de la cultura cívica y el mantenimiento

No solo es la infraestructura: la basura que tapa coladeras y canales agrava la situación.


La falta de cultura cívica es un factor clave en el desastre. Cuando las coladeras se obstruyen, el agua no encuentra salida y la inundación es inevitable.


En ciudades como Zamora, los vecinos denuncian que cada temporada de lluvias sufren inundaciones por falta de mantenimiento en cárcamos y drenajes, que han colapsado el sistema pluvial



Las tormentas han dejado a comunidades enteras improvisando soluciones, como en Tuxtla Gutiérrez, donde la gente construye puentes improvisados para cruzar canales socavados y evitar quedar atrapados en las crecidas.


El transporte público tampoco está exento: en Querétaro, durante las lluvias del 3 de julio, se reportó que unidades de autobús se inundaron por filtraciones de agua, afectando la movilidad y la seguridad de los usuarios.



Para evitar inundaciones, muchas ciudades limpian tuberías y drenajes. Pero los países que mejor controlan las inundaciones usan también áreas verdes que ayudan a absorber el agua y así reducen las anegaciones



El cuidado de nuestras ciudades también depende de nosotros. Acciones sencillas como no tirar basura en la calle, mantener limpias las coladeras cercanas y reportar obstrucciones pueden hacer una gran diferencia.


Las lluvias no son el verdadero problema; lo son la falta de prevención y el abandono de los sistemas.


Si queremos evitar desastres, es hora de actuar con responsabilidad y exigir soluciones que realmente funcionen. ¿Qué pasos estás dispuesto a dar para que la próxima tormenta no vuelva a tomar a nuestras ciudades desprevenidas? 


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