La Administración Civil de Israel en Cisjordania (un órgano gubernamental en el territorio ocupado) ha dado luz verde a un plan de construcción en un enorme terreno al este de Jerusalén, el E1, que contribuirá a aislar la ciudad de los territorios palestinos y favorecerá la colonización, un movimiento que se produce con la ofensiva en Gaza como telón de fondo.
"La aprobación de los planes de construcción en E1 entierra la idea de un Estado palestino y continúa los muchos pasos que estamos dando sobre el terreno como parte del plan de soberanía de facto", celebró uno de los ministros más radicales del Gobierno israelí, Bezalel Smotrich, titular de Finanzas.
El plan implica la construcción de hasta 3.410 viviendas en un terreno habitado por varias comunidades beduinas palestinas. La mayoría de las casas se levantarán en la parte sur, la más cercana a la ciudad santa. Fue aprobado en una vista del Comité de Planificación y Construcción del Distrito de Jerusalén el pasado 6 de agosto, pero no se publicó hasta la última hora del miércoles.
"El Gobierno israelí está anunciando abiertamente el apartheid", asegura el investigador Aviv Tatarvski, de Ir Amim, un grupo pro derechos humanos israelí que estudia la ocupación de Jerusalén Este.
"Una consecuencia inmediata podría ser el desarraigo de más de una docena de comunidades palestinas que viven en la zona E1. De hecho, en los últimos diez días, las autoridades israelíes han emitido docenas de órdenes de demolición en esa zona", advirtió.
Tatarvski apuntó que la construcción del E1 puede provocar el desplazamiento de unas 3.000 personas.
La vista se celebró sin las organizaciones que pretendían presentar objeciones a la medida (las ONGs israelíes Ir Amim, Bimkom y Peace Now) y los abogados de los palestinos que se verán afectados por la medida.
Todas estas partes demandantes pidieron que la vista se atrasara para poder preparar sus denuncias y el comité se negó a ello.
La gravedad del plan israelí yace en que contribuye a cercenar en dos partes Cisjordania y aísla Jerusalén, que tanto Israel como Palestina defienden como su capital.
Al este de Jerusalén, ya en Cisjordania, se encuentra el asentamiento israelí de Maale Adumim y, sobre él, el territorio del E1.
Construir en él supone para los colonos israelíes una continuidad entre el territorio israelí, Jerusalén y Maale Adumim en Cisjordania. En medio quedaría Jerusalén Este, el lado palestino de la ciudad que Israel ocupó en 1967.
Además, la expansión de los asentamientos en esta franja crea una barrera física más, a través de viviendas y carreteras, entre el norte y el sur de Cisjordania.
"Esto no es solo un plan de edificación, es un mensaje sionista estruendoso: una Jerusalén unida es nuestra capital eterna, y Maale Adumim es una parte inseparable de ella", aseguró Smotrich.
Rechazo en bloque del mundo árabe
La gravedad de la medida, que llevaba posponiéndose dos décadas a causa de las presiones internacionales por sus implicaciones para la soberanía palestina, ha desatado las críticas tanto del grupo islamista Hamás como de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que gobierna en las partes reducidas de Cisjordania no administradas por la ocupación israelí.
El portavoz de la Presidencia palestina, Nabil Abu Rudeineh, afirmó que el plan israelí es una continuación de la "guerra genocida" en Gaza y una escalada de violencia de los colonos, lo que sólo contribuirá a que crezcan la tensión y la inestabilidad en Cisjordania.
"Este plan criminal revela la verdadera cara del Gobierno sionista como un gobierno colonial y ocupador extremista que solo entiende el lenguaje del asesinato, el genocidio, el desplazamiento y la confiscación de tierras", dijo Hamás en un comunicado.
Egipto, Jordania y Catar condenaron también como medidas que "alientan la violencia" los planes del Gobierno israelí.
"Es un nuevo indicio de la arrogancia y la desviación israelí, que no logrará seguridad ni estabilidad para los países de la región, incluido Israel, mientras (Israel) no responda a las legítimas aspiraciones del pueblo palestino", alertó un comunicado del Ministerio de Exteriores egipcio.
En este sentido se manifestó también Jordania, cuyo portavoz de Exteriores, Sufian Qudah, advirtió contra "la continua política expansionista extremista de Israel en Cisjordania ocupada, que alienta la continuación de ciclos de violencia y conflicto".
Catar, que media junto con Egipto y EE.UU. para una tregua en Gaza, instó a que "la comunidad internacional se una para obligar a la ocupación israelí a detener sus planes de asentamiento y cumplir con las resoluciones de legitimidad internacional".
La Liga Árabe, integrada por 22 países, considera que la creación de un Estado palestino en Cisjordania ocupada y Gaza, con su capital en Jerusalén Este, es la única solución para el conflicto en Oriente Medio.
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) determinó el 19 de julio de 2024 que la ocupación israelí de Cisjordania es ilegal y apeló a Israel a devolver las tierras y propiedades inmuebles a los palestinos desplazados por la ocupación y garantizar que vuelvan a sus hogares, evacuar a todos los colonos de los asentamientos y desmantelar el muro de separación construido en territorio ocupado.EFE