La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha dejado claro que no se contemplan incentivos fiscales para las empresas que adopten la semana laboral de 40 horas
Reducir la jornada laboral en México es una idea que sigue tomando forma, pero no será con incentivos fiscales como se impulsará.
Así lo dejó claro la presidenta Claudia Sheinbaum durante su conferencia matutina, al señalar que este tipo de beneficios -como exenciones o deducciones de impuestos- no están pensados para este tipo de reformas.
Los incentivos fiscales son herramientas que usualmente el gobierno utiliza para promover ciertas actividades económicas, ya sea a través de descuentos en impuestos, créditos fiscales o exenciones. Pero en este caso, dijo Sheinbaum, no tendría sentido aplicarlos.
En cambio, lo que sí considera esencial es construir consensos con todos los sectores involucrados: empresas, trabajadores y gobierno. La presidenta subrayó que cualquier cambio a la jornada laboral debe ser gradual y con diálogo, no impuesto ni acelerado.
México es uno de los países de la OCDE donde más horas se trabaja. En América Latina, naciones como Chile y Colombia ya han dado pasos hacia jornadas laborales más cortas, en Europa, países como Francia y Alemania laboran entre 35 y 39 horas semanales
La intención es avanzar paso a paso, evaluando cuidadosamente qué sectores podrían adoptar primero la semana de 40 horas y cómo hacerlo sin afectar la productividad ni la economía
La mandataria enfatizó que la clave está en lograr que todos estén de acuerdo con el proceso y los tiempos de transición, más que en otorgar estímulos económicos para acelerar la adopción.
La meta del gobierno federal es que la reducción se realice de forma progresiva hasta el año 2030, mediante reformas laborales que cuenten con el respaldo tanto de las cámaras empresariales como de los sindicatos.
La iniciativa para disminuir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales ha generado un debate intenso entre distintos sectores, especialmente entre trabajadores, empresarios y legisladores
Para muchos empleados, cumplir con una rutina de seis días laborales a la semana es habitual, pero la posible aprobación de esta reforma abriría la puerta a un mayor tiempo de descanso, lo que podría traducirse en una mejora en su bienestar y desempeño.
Como lo señaló un trabajador a Meganoticias, contar con más horas libres permitiría regresar al trabajo con menos estrés y mayor disposición
Sin embargo, desde el ámbito empresarial, particularmente en Los Mochis, la propuesta ha despertado inquietudes. Muchos dueños de pequeñas empresas advierten que reducir la jornada podría poner en riesgo la viabilidad de sus negocios, ya que no tendrían los recursos para contratar personal adicional que cubra los turnos o para mantener sus operaciones con menos horas de trabajo.
Víctor Damm, empresario local, destaca que esta medida podría afectar a los pequeños comercios que aún intentan recuperarse tras la pandemia y enfrentan además un entorno de inseguridad que limita la circulación de recursos
En resumen, mientras los trabajadores ven en la reducción de horas una oportunidad para mejorar su calidad de vida y rendimiento laboral, los empresarios temen que esta medida pueda poner en jaque la estabilidad económica de sus negocios, especialmente en un contexto donde la recuperación económica sigue siendo frágil y los desafíos externos persisten.