La llegada de la empresa SuKarne en 2016 representó una esperanza de crecimiento económico y desarrollo para los habitantes del municipio de Tlahualilo, Durango. Sin embargo, a casi una década de su instalación, esa ilusión parece haberse desvanecido.
A pesar de que la empresa genera 3 mil empleos, el impacto en la cabecera municipal ha sido limitado. El centro de Tlahualilo luce deteriorado, con escaso comercio y sin mejoras visibles en su infraestructura.
Uno de los factores que podría haber limitado el alcance del desarrollo es que SuKarne fue instalada en el ejido El Lucero, ubicado a 30 minutos de la cabecera municipal. Esto sumado a los malos gobiernos municipales, marginó a Tlahualilo del verdadero impacto económico.
"Así que Tlahualilo que se haya desarrollado o levantado, pues yo no veo todavía ningún cambio, creo que viene más gente del otro lado de lo que es de Gómez hacia acá, no de Tlahualilo hacia allá", dijo Álvaro Andrade, habitante de Tlahualilo.
"Se tenían otras expectativas de que esa empresa fuera a traer empleo a Tlahualilo, pero por lo menos en lo personal percibo que se refleje aquí en el municipio, no hay dinero nosotros como trabajadores del servicio público, pues batallamos mucho", opinó Salvador Rodríguez, Taxista.
El estancamiento, también se refleja en la pérdida poblacional. De acuerdo con datos del INEGI, en 2010 Tlahualilo tenía 22,244 habitantes, mientras que en 2020 la cifra bajó a 21,143.
Además, en el ejido El Lucero, donde opera la empresa, los vecinos han notado efectos ambientales, como la presencia constante de un polvo denso al caer la tarde.
"Es un polvillo espeso que a veces unos cinco metros o siete ocho metros no se ve para allá, está muy espeso; si no hay viento el polvillo sí dura un ratito, pero cuando hay viento el polvillo se quita, hay días que no hay y hay días que sí", comentó Isidra Flores, habitante de El Lucero.
Algunos pobladores mencionan un incremento en alergias respiratorias, pero prefieren no quejarse ante el temor de perder esa importante fuente de empleo. Mientras tanto, Tlahualilo continúa esperando los beneficios prometidos.