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Del cine a la tragedia: cuando las mascotas de moda terminan mal
Cultura

Del cine a la tragedia: cuando las mascotas de moda terminan mal


Imagina que ves una película que te encantó. Nadie hablaba de ella; sentías que habías descubierto una joya escondida.


Pero, días después, todo el mundo comienza a mencionarla. Aparecen memes, edits, posteos en redes, reseñas. Lo que parecía algo íntimo y tuyo... se convierte en el tema del momento.



La película se puso de moda. ¿Pero qué implica eso, realmente?

 


Las modas no son solo modas

Las modas no son simples tendencias: son mecanismos sociales que regulan nuestras decisiones. Nos dicen qué ver, qué vestir, qué usar, qué escuchar y lo hacen con una eficacia impresionante, porque no solo las seguimos: las usamos para contar quiénes somos.


Hoy, las redes sociales amplifican ese fenómeno. Están diseñadas para mostrar lo más viral, lo más compartido, lo más pegajoso. Y claro, si todo el mundo lo sigue... terminas cayendo.


El ser humano tiende al conformismo: si todos ven esa serie o usan cierta marca, el cerebro asume que algo bueno debe tener, aunque no lo haya probado aún.


En el fondo, lo que usamos, vemos o escuchamos dice algo sobre nuestro estatus, nuestras aspiraciones y nuestra identidad.



Las modas, en el fondo, no solo nos visten: nos explican.



De la pantalla a la calle

En el cine, las modas se traducen muy rápido en consumo.


Cuando se estrenó Top Gun, las ventas de chaquetas bomber y gafas de aviador subieron un 40%. Matrix volvió mainstream el látex, los pantalones de cuero y las gafas ceñidas.


Incluso Mujer Bonita impuso las botas por encima de la rodilla como símbolo sexy-glam.


Estos objetos se convirtieron en una extensión de la experiencia cinematográfica. Y aunque parezca inofensivo -compras un accesorio y todos ganan-, no siempre es tan simple.



Hay modas que no se quedan en el vestuario



El problema de querer llevarnos el personaje a casa

Cuando un animal aparece en pantalla, muchas personas, especialmente niños, quieren tener uno igual.


Y muchas veces, los adultos ceden sin preguntar primero si ese animal es adecuado para vivir en casa, o si siquiera está permitido tenerlo.

 

  • Krypto y el boom de las adopciones

Con el estreno reciente de la película de Superman, apareció "Krypto", el superperro, inspirado en un perro rescatado por el director.


El personaje provocó un aumento del 513% en búsquedas de "adoptar un perro cerca de mí" y un 299% en "adoptar un schnauzer", ya que Krypto parecía una mezcla entre schnauzer y terrier.



Aunque parece una tendencia positiva, muchas veces estas adopciones terminan en abandono cuando se descubre que el animal no es lo que se esperaba

 


  • El "efecto Buscando a Nemo"

Cuando se estrenó Buscando a Nemo, el pez payaso se volvió tan popular que se acuñó el término "Efecto Nemo" para describir el aumento exponencial en su demanda como mascota.


En lugares como Australia, la especie -ya vulnerable- fue llevada al borde del colapso. La bióloga Karen Burke da Silva, de la Universidad de Flinders, reportó extinciones locales en áreas donde se recolectaban para venta.


En países como Tailandia, Indonesia y Filipinas, los capturaban rociando cianuro sobre los arrecifes para aturdirlos. Eso no solo mata corales, también provoca sufrimiento y muerte en masa de peces.


Y quienes los compraron, muchas veces no sabían cuidarlos. El pez payaso vive en agua salada, requiere temperatura controlada, filtración especial y un ecosistema estable.



Sin eso, mueren en días por estrés o toxinas. Eso fue lo que pasó: miles de "Nemos" murieron en peceras improvisadas



  • Las tortugas ninja... no eran mascotas

Algo parecido ocurrió con Las Tortugas Ninja Adolescentes Mutantes. Las ventas de tortugas como mascotas aumentaron un 20%. Muchos niños creían que, si tenían cuatro tortugas, tal vez se convertirían en sus héroes.


El problema es que muchas de estas tortugas se importan ilegalmente. En México, se necesita un permiso especial para traer tortugas terrestres del extranjero. Cuando hay alta demanda, aumenta el contrabando.


En Canadá, por ejemplo, un hombre fue arrestado por intentar cruzar la frontera con 51 tortugas escondidas en su ropa durante el boom de la película.

 


Un ex trabajador del parque de Ontario declaró que, "nueve de cada diez tortugas vendidas como mascota fueron adquiridas de forma ilegal en algún punto"



  • Harry Potter y la ola de búhos moribundos

Los fans de Harry Potter no se conformaron con varitas y libros: querían su propio Hedwig.


Antes del estreno de la primera película, en Indonesia se vendían unos pocos cientos de búhos en mercados. Para 2016, la cifra subió a más de 13,000, según un estudio de la Universidad Oxford Brookes.


El problema: casi todos eran capturados de la naturaleza.


Los investigadores Nijman y Nekaris alertaron que esto ponía en peligro a las especies más raras. Además, los búhos suelen morir poco tiempo después de ser arrancados de su hábitat.



Varios países han reportado lo mismo: la "moda Harry Potter" trajo una ola de ventas ilegales y mortalidad de aves rapaces



Porque amar a un personaje no debería matar a su especie

Las películas pueden inspirarnos, emocionarnos y transformarnos. Pero cuando la admiración se convierte en consumo irreflexivo, las consecuencias pueden ser trágicas.


Antes de comprar un animal porque lo viste en pantalla, pregúntate si tienes el conocimiento, el espacio y la responsabilidad para cuidarlo como merece.


Porque lo que comienza como una moda...podría terminar en una historia de extinción 


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