A pesar de que el gobernador del estado afirmó el pasado 24 de marzo de 2025, durante su visita al Distrito 18 en Vícam, que un mes sería suficiente para que funcionara el acueducto en la región, ya han pasado más de dos meses y en Loma de Bácum aún no hay agua. Desde la entrada en operación del acueducto por parte de la Comisión Estatal del Agua (CEA), la comunidad ha reportado una grave escasez del recurso, además de que el líquido que ocasionalmente llega no es apto para el consumo humano, según reportes de instituciones de salud.
A esto se suma el abandono del nuevo pozo perforado con recursos propios de la comunidad, el cual debía ser terminado y puesto en operación por la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Hasta la fecha, la obra sigue inconclusa y la dependencia federal no ha devuelto la inversión realizada, a pesar de haberse comprometido públicamente.
La situación ha generado indignación entre los habitantes, quienes señalan la falta de avances y califican como ineficaces e incompetentes a los funcionarios de las instituciones estatales y federales responsables.
Durante su intervención, el gobernador reconoció que hay diferencias en los reportes sobre el avance del suministro de agua, y aunque insistió en que los retrasos no deben restar mérito a las instituciones, admitió que la empresa contratada no fue la adecuada, ya que no resolvió los vicios ocultos de la obra. Propuso el uso de pipas como solución temporal, y se comprometió a que el Gobierno del Estado cubra los costos de renta mientras se resuelve la situación.
A pesar de las declaraciones y promesas, los habitantes de Loma de Bácum siguen enfrentando una severa crisis hídrica que pone en duda la eficacia del llamado Plan de Justicia para los pueblos originarios.