En México, cada día al menos tres personas adultas mayores son víctimas de algún tipo de ciberestafa.
El aumento de estos delitos ha sido tan constante que, en los últimos años, se ha incrementado 20%, de acuerdo con especialistas en seguridad digital. La combinación entre desconocimiento tecnológico, la necesidad de interacción y la falta de información los hace especialmente vulnerables.
Los fraudes no solo se limitan a llamadas telefónicas. Hoy en día, es común que los adultos mayores reciban mensajes falsos que simulan ser de empresas de mensajería, bancos o servicios digitales. Estos mensajes suelen tener un tono urgente y buscan que la persona haga clic en enlaces peligrosos o comparta datos personales.
Un ejemplo típico es el mensaje que aparenta ser una confirmación de compra: "Tu paquete está en camino, haz clic para rastrearlo". Muchas veces, la persona nunca pidió ese producto, pero el mensaje despierta curiosidad o preocupación y termina cayendo en la trampa.
Otro factor que los hace vulnerables es la necesidad de interacción. Ante la soledad o el aislamiento, muchas personas mayores responden a mensajes de desconocidos, lo que los expone a fraudes románticos o estafas que apelan a la empatía.
En México, viven más de 17 millones de personas adultas mayores, lo que representa el 12.8% de la población, según datos del Consejo Nacional de Población (Conapo, 2025). Es un sector creciente y, al mismo tiempo, uno de los más desprotegidos frente a los riesgos del mundo digital.
Además del daño económico, este tipo de estafas afecta su salud emocional. Al sentirse engañadas, muchas personas mayores experimentan culpa, vergüenza o miedo de contar lo ocurrido, lo que dificulta la prevención de futuros fraudes.
Frente a este panorama, es urgente incluir a las personas mayores en la conversación digital. Hablar con ellas sobre cómo identificar mensajes sospechosos, confirmar cualquier cobro extraño con familiares o verificar fuentes antes de compartir información puede marcar la diferencia entre estar conectados y estar en peligro.