Aunque México atraviesa una etapa de recuperación económica, las presiones inflacionarias continúan afectando a los hogares, especialmente a los de menores ingresos
Al cierre de octubre, la inflación se ubicó en 3,57%, ligeramente por debajo del 3,76% de septiembre, pero todavía por encima del objetivo del Banco de México, de 3%.
En este contexto, mantener el acceso a los productos básicos se vuelve crucial para garantizar la estabilidad del poder adquisitivo de las familias.

Pacic: un mecanismo para contener precios
Para enfrentar estas presiones, el Gobierno mexicano renovó el Paquete contra la Inflación y la Carestía (Pacic), asegurando que 24 productos esenciales de la canasta básica mantendrán un precio de 910 pesos durante los próximos seis meses.
Esta medida incluye a 20 empresas productoras y 12 cadenas de autoservicio, con lo que se busca ofrecer certidumbre a los consumidores frente a la volatilidad de los precios.
En noviembre de 2024, el paquete básico había costado 1.039 pesos, por lo que la renovación representa una reducción de al menos 3%.

Según el secretario de Hacienda y Crédito Público, Édgar Amador Zamora, el Pacic ha tenido un "efecto positivo" en los primeros diez meses del año, contribuyendo a que el nivel promedio de inflación sea el más bajo desde 2022, cuando comenzó a implementarse este acuerdo
Declaraciones de la presidenta y compromiso social
Durante la firma en el Salón de Tesorería de Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum destacó la relación entre salario y pobreza: "Se ha demostrado que si aumenta el salario mínimo disminuye la pobreza, manteniéndolo por encima de la inflación y garantizando que la canasta básica se mantenga. Es lo mejor que podemos ofrecerle a la gente".
Por su parte, Francisco Cervantes Díaz, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), señaló que la renovación del Pacic refleja "el compromiso social del sector empresarial de México" y su disposición a colaborar en medidas que alivien la economía familiar.
Con esta acción, el Gobierno y los sectores productivos buscan estabilizar el costo de los alimentos esenciales, aliviando la presión sobre los hogares mientras se consolidan políticas de crecimiento económico sostenible.
La medida apunta a ofrecer certidumbre a las familias mexicanas, permitiéndoles planear sus gastos y proteger su poder adquisitivo frente a la inflación, un factor que sigue siendo un desafío cotidiano para millones de mexicanos