La economía mexicana inició el primer mes de 2025 con un retroceso del 0.2% en su actividad global, según el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) reportado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)
Este dato, correspondiente a enero, marca la segunda contracción consecutiva del Producto Interno Bruto (PIB) y refleja la debilidad económica observada desde finales de 2024.
La desaceleración se manifestó en los diferentes sectores productivos. Las actividades secundarias, que incluyen manufactura y construcción, retrocedieron un 0.4% mensual. Las terciarias, vinculadas a servicios, no registraron crecimiento, mientras que las primarias, como agricultura y minería, mostraron un repunte del 3.1% en el mismo periodo.
En términos anuales, la economía se estancó con un crecimiento del 0%, lo que evidencia una falta de dinamismo en el inicio del año fiscal
El Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) anticipa una contracción aún más pronunciada para febrero de 2025, con una estimación de retroceso anual del 0.7% en el IGAE. Por grupos económicos, se proyecta una caída del 2.1% en las actividades secundarias y un modesto crecimiento del 0.4% en las terciarias.
La evolución de la actividad económica impacta directamente en la vida cotidiana de los ciudadanos. Una contracción como la registrada en enero puede traducirse en menor generación de empleos, reducción de ingresos familiares y presión sobre los precios de bienes y servicios. Además, la incertidumbre política y comercial con Estados Unidos, principal socio comercial de México, afecta la estabilidad macroeconómica y las decisiones de inversión.
La información económica también sirve como herramienta para anticipar cambios en el mercado laboral, ajustar presupuestos personales y comprender las dinámicas globales que influyen en el país