Una propuesta que se discute en el Congreso de Estados Unidos para aplicar un impuesto del 3.5% a las remesas ha encendido las alertas en México, especialmente en los hogares que dependen de ese dinero para subsistir.
Esperanza Rubiano, habitante de Acapulco, Guerrero, es una de los casi 10 millones de adultos mexicanos que reciben cada mes cerca de 300 dólares enviados por familiares desde el país vecino. Ese dinero, dice, es clave para mantener el equilibrio de su economía familiar.
"Ya ahorita es algo más preocupante, porque es algo que tenemos como en base en casa para solventar más gastos. Ahora nosotros tenemos que preocuparnos más", comentó Rubiano. Su caso es similar al de millones de familias que usan ese apoyo para cubrir necesidades básicas como alimentación, salud o educación.
El temor de una reducción en las remesas se extiende por estados como Guerrero, Chiapas y Michoacán, donde el dinero enviado por migrantes representa más del 10% del Producto Interno Bruto (PIB) estatal. En ese contexto, Ricardo Games Morga, representante de la asociación civil Poder Guerrerense, advirtió sobre el fuerte impacto que este impuesto podría tener en las finanzas familiares.
Games recordó que originalmente se planteó una tasa del 5% y que, aunque se ha reducido al 3.5%, sigue siendo una amenaza seria. "Ese dinero que llega a nuestras familias guerrerenses de alguna manera te da estabilidad, paz social, comida y al no tener estos recursos primarios, se puede generar desestabilidad social", explicó.
Además, advirtió que algunos migrantes podrían optar por canales alternativos, como envíos por vía terrestre o a través de personas conocidas, lo que abriría la puerta a un "mercado negro" en el manejo de remesas. Esto dificultaría la regulación y aumentaría los riesgos para quienes necesitan enviar o recibir dinero.
El panorama ya muestra señales de preocupación. En los primeros cuatro meses de 2025, las remesas enviadas a México registraron una caída interanual del 2.5%, sumando 19 mil 15 millones de dólares. Esta baja coincide con el endurecimiento de la política migratoria de Estados Unidos y la incertidumbre provocada por propuestas como el nuevo impuesto.
En 2024, México recibió casi 65 mil millones de dólares en remesas, una cifra récord que representa casi el 4% del PIB nacional. Con ese volumen, el país se ubica como el segundo mayor receptor de remesas en el mundo, solo por detrás de India. Cualquier cambio en las reglas del juego tendría consecuencias directas en millones de hogares que dependen de ese apoyo.