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30 de Mayo del 2025
Economía

Estados Unidos plantea impuesto a las remesas: ¿Cómo afectará?

Estados Unidos plantea impuesto a las remesas: ¿Cómo afectará?

El nuevo plan fiscal impulsado por Donald Trump, conocido como el "Big Beautiful Bill", ya fue aprobado en la Cámara de Representantes de Estados Unidos y se encamina ahora al Senado.


Entre sus propuestas más controversiales se encuentra un impuesto a las remesas enviadas al extranjero, una medida que podría tener un fuerte impacto en millones de familias mexicanas que dependen de este dinero para vivir.


La iniciativa plantea un impuesto del 3.5% a todas las transferencias de dinero que salgan del país. Es decir, si una persona envía dinero desde Estados Unidos hacia México u otro país, deberá pagar un porcentaje adicional como parte de este nuevo gravamen.




Aunque inicialmente se propuso una tasa del 5%, las presiones políticas hicieron que se redujera al 3.5%, según informó la Cámara de Representantes tras su aprobación el pasado 22 de mayo.


Este impuesto es una medida de carácter federal, no estatal, y se aplicaría en todo el país si es aprobado también por el Senado. La propuesta ha sido duramente criticada tanto por organizaciones civiles dentro de Estados Unidos como por gobiernos extranjeros, como el de México, que han calificado la medida de "discriminatoria" y "peligrosa" para la estabilidad económica de millones de familias.


Entendiendo el plan fiscal




Para entender mejor el impacto de esta propuesta, imaginemos el caso de una persona que manda 300 dólares a su familia en México.


Con el impuesto del 3.5%, se le retendrían 10.50 dólares en el momento de la transacción. Es decir, en lugar de enviar los 300 completos, solo llegarían 289.50 dólares a su destino, sin contar las comisiones que ya suelen cobrar los servicios de envío de dinero.


Si bien 10.50 dólares puede no parecer mucho en un solo envío, para quienes hacen este tipo de transacciones semanal o mensualmente, la pérdida acumulada podría ser considerable.




A lo largo de un año, con 12 envíos de 300 dólares, una persona pagaría 126 dólares solo en este nuevo impuesto. Esto representa más de 2,000 pesos mexicanos menos para la familia receptora, en un contexto donde cada peso puede marcar la diferencia.


Las remesas son una fuente vital de ingresos para millones de personas en México. Según datos del Banco de México (Banxico), en 2024 las remesas alcanzaron los 64 mil 745 millones de dólares.


La mayoría de estos envíos proviene de trabajadores migrantes que viven en Estados Unidos. Gravar estas transferencias significa, en la práctica, reducir el ingreso de muchas familias que dependen de ese dinero para alimentación, salud, educación y vivienda.


Implicaciones sociales: menos recursos para quienes más lo necesitan




El nuevo impuesto, incluido dentro del plan fiscal de Trump, ha generado una fuerte controversia porque impactaría principalmente a comunidades migrantes de bajos ingresos.


Aunque la propuesta busca justificar el cobro señalando que el dinero "sale del país", los críticos apuntan a que el verdadero efecto es castigar a quienes sostienen económicamente a sus seres queridos desde el extranjero.


Además del impuesto a las remesas, el plan fiscal contempla recortes por más de 1 billón de dólares a programas sociales como Medicaid, Medicare, asistencia alimentaria y vivienda.


Trump ha defendido la medida argumentando que los recortes sociales no afectarán a "los trabajadores estadounidenses", sino que buscan eliminar beneficios para "inmigrantes ilegales".


Sin embargo, no hay evidencia clara de que los migrantes indocumentados sean los principales beneficiarios de estos programas. Por el contrario, muchas familias trabajadoras (incluso con estatus migratorio legal) dependen de esa ayuda para sobrevivir.


¿Alternativas digitales? Migrantes podrían buscar otros caminos




Frente a esta situación, algunos expertos advierten que el impuesto a las remesas podría incentivar el uso de medios alternativos para enviar dinero, como las criptomonedas o transferencias informales que eviten el sistema financiero tradicional.


Aunque estos métodos pueden parecer una solución, también conllevan riesgos: desde la volatilidad de las criptomonedas hasta la falta de garantías legales y seguridad en envíos informales.


Organizaciones como la American Civil Liberties Union (ACLU) han expresado su preocupación no solo por este impuesto, sino por la dirección general del plan fiscal y del llamado Proyecto 2025.




Aunque el impuesto a las remesas es apenas una parte del "Big Beautiful Bill", representa con claridad la filosofía que lo impulsa: recortes agresivos al gasto social, menos impuestos para los sectores con mayores ingresos, más fondos para seguridad fronteriza y una visión económica centrada en la oferta y no en la demanda.


Mientras el Senado se prepara para discutir la propuesta en las próximas semanas, muchos migrantes y sus familias siguen esperando una resolución que no afecte su ya limitada economía.


Gobiernos como el de México han reiterado su rechazo al impuesto. "No queremos que haya impuesto", dijo la presidenta Claudia Sheinbaum, tras reconocer que, aunque la tasa se redujo del 5 al 3.5%, la medida sigue siendo injusta.


El resultado de la votación en el Senado será clave. De aprobarse, el impuesto podría entrar en vigor antes de finalizar el año, afectando los bolsillos de quienes, desde el extranjero, hacen lo posible por sostener a sus familias en casa.








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