"Nos quejamos del calentamiento global, pero no hacemos lo que nos toca. Queremos estacionarnos bajo su sombra, pero no los cuidamos", expresó con firmeza la Dra. García, quien hizo un llamado enérgico a la ciudadanía para involucrarse activamente en el cuidado del arbolado urbano.
Los árboles del municipio enfrentan una grave amenaza debido a la creciente invasión de plagas, muchas de ellas derivadas del cambio de uso de suelo y del avance desmedido de la siembra de agave en la región. Esta problemática, que ya se hace evidente en diversos puntos del municipio, no sólo está afectando la salud de los árboles, sino que también está generando desequilibrios ecológicos preocupantes.
De acuerdo con investigadores del Colegio de Michoacán (Colmich), el exceso en la siembra de agave, presente ya en metros y metros cuadrados del territorio local, ha propiciado condiciones propicias para la proliferación de plagas que antes no eran comunes en esta zona. Los árboles debilitados, enfermos o incluso muertos son cada vez más visibles, mientras que muchas aves han comenzado a abandonar sus hábitats por falta de cobertura vegetal adecuada, rompiendo así con el equilibrio natural de la cadena alimenticia.
A este escenario se suma otro factor negativo: las malas prácticas de poda. Según explicó la Dra. Magdalena García, investigadora local, es frecuente que los encargados de jardines municipales o particulares opten por podas cuadradas o excesivas que limitan el desarrollo natural de los árboles. Esta práctica, lejos de ser estética, debilita a los ejemplares y los vuelve más vulnerables a enfermedades y condiciones climáticas extremas.
La situación exige atención urgente, pues más allá del impacto visual o ambiental inmediato, lo que está en juego es la salud del ecosistema local y la calidad de vida de las futuras generaciones. Y no es tarea de unos cuantos, es tuya y mía, y de todos los que habitamos el planeta al borde de la extinción.