En 2023, los ingresos tributarios en América Latina experimentaron una baja en relación al tamaño de sus economías, situándose en el 21,3% del Producto Interno Bruto (PIB)
Este retroceso, reportado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), se atribuye principalmente a la desaceleración del crecimiento económico en la región y a la reducción en los precios internacionales de materias primas, factores que han impactado directamente en la recaudación fiscal de los países latinoamericanos.
El informe anual "Estadísticas Tributarias en América Latina y el Caribe 2025", elaborado en conjunto por la Cepal, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT) y la OCDE, destaca que esta proporción de ingresos fiscales no solo representa una caída de 0,2 puntos porcentuales respecto al año anterior, sino que también se mantiene por debajo del nivel registrado antes de la pandemia (21,4% en 2019) y está lejos del promedio de los países miembros de la OCDE, que alcanzó el 33,9% en el mismo periodo.
El análisis revela que la disminución de los ingresos fiscales fue generalizada, afectando a 14 de los 26 países estudiados
Chile y Perú fueron los más golpeados, con descensos de 3,2 y 2,1 puntos porcentuales, respectivamente.
La recaudación varió considerablemente entre países: mientras Guyana reportó apenas un 11,6% del PIB en ingresos tributarios, Brasil alcanzó un 32%, lo que evidencia las diferencias estructurales y de políticas fiscales en la región.
Uno de los factores clave detrás de esta tendencia fue la caída en los ingresos provenientes de impuestos sobre la renta, especialmente en naciones con economías dependientes de la producción de hidrocarburos y minerales.
En promedio, los ingresos por este concepto disminuyeron un 0,1% del PIB durante 2023. Por otro lado, las contribuciones a la seguridad social mostraron un leve aumento, mientras que la recaudación por impuestos sobre bienes y servicios se mantuvo estable en relación al PIB
El informe también detalla que los ingresos vinculados al sector de hidrocarburos descendieron a un promedio de 3,9% del PIB entre los principales productores de petróleo de la región, frente al 4,4% del año anterior.
En el caso de la minería, la recaudación cayó a 0,59% del PIB, desde el 0,74% registrado en 2022.
A este panorama se suma la revisión a la baja de las expectativas de crecimiento económico regional. A finales de abril, la Cepal ajustó su proyección de expansión para este año, estimando un avance de solo 2%, influido por el impacto de las tensiones comerciales globales.
América Latina, que sigue siendo la región más desigual del mundo, cerró tanto 2023 como 2024 con un crecimiento moderado del 2,3%, lo que plantea retos adicionales para la estabilidad fiscal y el desarrollo social en los próximos años