Durante el ciclo escolar, la escuela se convierte en un refugio para muchos niños. En lugar de esperar con entusiasmo la llegada de las vacaciones, algunos prefieren seguir asistiendo a clases, no por amor al estudio, sino porque en casa los espera una realidad más dura.
"Violencia definitivamente. A lo mejor hay niños a los que se les exige cumplir con ciertas obligaciones no propias de un niño, y bueno, pues ese tipo de situaciones serían por las que no les gustaría estar en su casa." Alejandro Ruíz Díaz, Maestro de Primaria
En México, cifras del INEGI revelan que al menos 6 de cada 10 menores han experimentado algún tipo de violencia en el hogar, ya sea emocional, física o negligencia. En ese contexto, el aula se transforma en un espacio seguro y afectivo.
"Hay un equipo que se llama USAER, donde tenemos psicólogos, maestros de educación especial, trabajadores sociales, que cuando identifican este tipo de situaciones, pues se atienden." Alejandro Ruíz Díaz, Maestro de Primaria
El impacto emocional no se queda en el plano doméstico. Se traslada a las aulas, afecta el comportamiento, la capacidad de concentración y el rendimiento escolar. Docentes coinciden en que el entorno familiar influye directamente en el aprendizaje. Y aunque el maestro no puede cambiar lo que ocurre en casa, sí puede hacer del aula un lugar más amable.
"Cuando hay niños que sufren violencia en casa, cuando no son tratados de la manera adecuada en sus hogares, el comportamiento y el rendimiento escolar es algo que se hace evidente." Alejandro Ruíz Díaz, Maestro de Primaria
En México, más de 5 millones de niños viven en hogares con carencias múltiples, según datos del Coneval. Para muchos de ellos, la escuela no es solo un espacio de aprendizaje, es también un lugar donde se sienten vistos, valorados y protegidos.
"Mi propósito principal de ir a la escuela, sobre todo con los niños, es pasarla bien" "Que los niños se sientan cómodos, felices en el salón de clase" Alejandro Ruíz Díaz, Maestro de Primaria
Aunque las vacaciones marcan una pausa en el calendario escolar, no todos los niños las reciben con alegría. Para algunos, la escuela representa mucho más que un aula: es refugio, compañía y afecto. Mientras existan hogares donde la infancia no sea sinónimo de cuidado, el reto de los docentes no será solo enseñar, sino también acompañar, escuchar y ofrecer un lugar seguro al que siempre quieran volver.