La revolución asiática en México: hábitos, consumo y tendencias urbanas
Cultura

La revolución asiática en México: hábitos, consumo y tendencias urbanas

Por: Fernanda Rivera
CDMX
Fecha: 02-10-2025

En las últimas décadas, México ha visto crecer de manera notable la influencia cultural y económica de Asia, especialmente de China, Japón y Corea del Sur.


Esta presencia se refleja en el entretenimiento, la moda, la gastronomía y los hábitos de consumo, y se ha intensificado entre los jóvenes urbanos que adoptan rápidamente estas tendencias, integrándolas a su vida cotidiana.


Aunque la influencia asiática puede parecer reciente, México mantiene vínculos históricos con estos países que datan de siglos atrás.


Migraciones, comercio y acuerdos culturales sentaron las bases de una relación que hoy se materializa en intercambios tecnológicos, económicos y sociales. Lo que antes se limitaba a barrios chinos o a comercio marítimo, ahora se percibe en productos, series, música y plataformas digitales que llegan de manera inmediata.




El impacto de Asia en México no solo es cultural, sino también económico. China, Japón y Corea del Sur se han consolidado como socios clave, aportando inversión, tecnología y modelos de consumo que moldean la vida diaria de millones de mexicanos.


Esta interacción demuestra cómo México y Asia han pasado de ser mundos distantes a socios cercanos, con un intercambio constante que influye en la forma en que las nuevas generaciones viven, trabajan y se entretienen.


Un vínculo con raíces históricas




La relación entre México y China tiene más de un siglo de antecedentes.


Según el artículo "Historia de las relaciones México-China: Una mirada a través del tiempo (1899-1930)", publicado en la Revista Voces, ya desde el Porfiriato existía interés en atraer migración y comercio con este país.


La llegada de los primeros inmigrantes chinos transformó la dinámica de ciertos sectores urbanos y rurales, dejando una huella cultural que aún puede percibirse en la gastronomía y en los barrios chinos de ciudades como Mexicali y Torreón.




Durante aquella época, la migración china fue clave en trabajos de infraestructura, construcción de ferrocarriles y comercio local.


Muchos campesinos llegaron a México tras huir de la pobreza y la guerra en su país. Esa presencia dejó huella en comunidades del norte y en el establecimiento de barrios chinos que hoy siguen formando parte de la identidad urbana.




En el caso de Japón, los contactos iniciaron incluso en el siglo XVII con la llegada del galeón San Francisco a las costas japonesas.


Más tarde, con la firma del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación en 1888, México se convirtió en el primer país latinoamericano en establecer relaciones modernas con Japón, como lo documenta la Secretaría de Relaciones Exteriores.


Ese vínculo abrió la puerta a una relación duradera en comercio, diplomacia y educación que hoy sigue vigente. Durante el siglo XX, intercambios culturales, exposiciones de arte japonés y la llegada de estudiantes japoneses a México fortalecieron un puente que ha logrado perdurar hasta la actualidad.


Actualmente, según datos del INEGI, México cuenta con más de 5 mil 500 personas de origen japones.




Corea del Sur, por su parte, estableció relaciones diplomáticas con México en 1962.


De acuerdo con el articulo "Una trayectoria ascendente: seis décadas de relaciones México-Corea del Sur", la relación empezó de manera tímida, pero hoy Corea es el tercer socio comercial de México en Asia.


En apenas seis décadas, la cooperación pasó de un contacto distante a un entrelazamiento profundo que abarca tecnología, inversión, cultura y educación.


El auge del K-pop y del cine surcoreano ha amplificado el conocimiento del país asiático entre la población joven, creando un puente cultural que acompaña los lazos económicos y diplomáticos.


Comercio, inversión y una relación en expansión




La relación económica con Asia se ha convertido en un motor clave para México.


El comercio con China, Japón y Corea del Sur genera cifras multimillonarias, con balances comerciales que generalmente favorecen a los países asiáticos.


México exporta minerales y productos agrícolas, mientras que importa tecnología, maquinaria y productos de consumo que se han vuelto esenciales en la vida cotidiana.


En el caso de China, México exportó Minerales de Cobre y sus Concentrados por 2,315 millones de dólares en 2024, principalmente desde Sonora, Puebla y Ciudad de México, según Data México.




Otros productos exportados incluyen soya y limón, mientras que las principales importaciones fueron teléfonos, automóviles, ropa y maquinaria tecnológica, alcanzando 9 mil 443 millones de dólares en 2024.


Esto genera una dependencia notable de la tecnología china en el país, la inversión extranjera directa proveniente de China sumó 710 millones de dólares, distribuida en reinversión de utilidades, cuentas entre compañías y nuevas inversiones, principalmente en Ciudad de México, Coahuila y Guanajuato, de acuerdo con Data México.




Con Japón, la relación se ha consolidado a través de sectores estratégicos como la industria automotriz.


Según la Embajada de México en Japón y cifras de SE 2020, el comercio total alcanzó 22 mil 066 millones de dólares en 2019, con exportaciones mexicanas por 4 mil 102 millones y un déficit comercial de 13 mil 862 millones, principalmente por importaciones de autopartes y maquinaria japonesa.


México exporta productos agroalimentarios como carne de cerdo, aguacate, atún, tequila y limón persa, destacando como proveedor líder en varios rubros. Japón abastece al mercado mexicano con autopartes, maquinaria y tecnología de punta, y la cooperación tecnológica y educativa se refuerza mediante programas de becas y proyectos conjuntos de innovación.




Corea del Sur ha apostado fuertemente por la inversión en México.


Según Data México, la Inversión Extranjera Directa surcoreana en 2024 alcanzó 1,308 millones de dólares, distribuida principalmente en reinversión de utilidades, cuentas entre compañías y nuevas inversiones.


Ejemplos como la planta de KIA en Nuevo León y los centros de producción de Samsung en Tijuana demuestran cómo Corea ha consolidado su presencia en México.


El comercio anual en 2024 mostró exportaciones mexicanas a Corea del Sur por 686 millones de dólares (principalmente motores de pistón) y compras por 2 mil 528 millones (partes y accesorios de máquinas), con un balance comercial negativo, según Data México. Este flujo de capital ha generado empleo y transferencias de tecnología que benefician directamente a la economía local.


Jóvenes urbanos y el boom cultural asiático




Más allá de los números, el verdadero impacto de Asia en México se observa en la vida diaria, especialmente entre los jóvenes urbanos.


Según el artículo "Puentes de papel y pantalla: la influencia japonesa en la juventud mexicana", publicado en la Revista 925 Artes y Diseño de la UNAM, productos culturales como el anime, el manga, la moda japonesa y la música han marcado generaciones enteras de estudiantes mexicanos.


Festivales de manga, concursos de cosplay y comunidades en línea permiten a los jóvenes conectarse con estas culturas de manera directa.




La llegada del K-pop desde Corea del Sur revolucionó el entretenimiento juvenil.


Bandas como BTS, Blackpink y Aespa llenan estadios y dominan las listas de reproducción en México, mientras que series coreanas en plataformas digitales inspiran modas, estilos de maquillaje y hasta formas de socializar.


La popularidad del K-drama ha influido también en hábitos de consumo y preferencias gastronómicas, con cafés y restaurantes temáticos que atraen a multitudes de jóvenes interesados en experimentar la cultura surcoreana de manera inmersiva.




China ha ganado terreno en la cultura juvenil a través de plataformas digitales como TikTok, que nació en ese país y que hoy es la red social más usada por adolescentes y adultos jóvenes en México.


La gastronomía china, desde el arroz frito hasta el dim sum, se ha convertido en parte del menú cotidiano de millones de personas.


Además, eventos de cine y festivales culturales han permitido a la población mexicana acercarse a la literatura, el cine y la música contemporánea china, ampliando el espectro cultural más allá de lo comercial.




En las ciudades mexicanas no es raro ver restaurantes coreanos donde jóvenes prueban por primera vez el kimchi, o cafeterías japonesas con temática de manga que sirven como puntos de encuentro para comunidades fanáticas del cosplay.


Tiendas de moda coreana, librerías especializadas en manga y cafés inspirados en anime se han multiplicado, mostrando que el intercambio cultural no es solo una moda pasajera, sino un fenómeno que está redefiniendo la forma en que se vive lo urbano y se construyen comunidades de intereses compartidos.




En un mundo cada vez más interconectado, los puentes que unen a México con Asia son más sólidos que nunca.


No solo se trata de mercancías que cruzan océanos, sino de ideas, estilos de vida y sueños compartidos.


Ese intercambio constante seguirá marcando la forma en que las próximas generaciones mexicanas entiendan el mundo y se comprendan a sí mismas, consolidando una relación que combina historia, economía, cultura y aspiraciones comunes.


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