Las peregrinaciones religiosas en Durango se han consolidado como expresiones masivas de fe que congregan a miles de personas. En agosto de 2024, la Peregrinación Arquidiocesana a los Santos Mártires Duranguenses reunió a más de 6,000 fieles, mientras que en febrero de 2025 las celebraciones en honor a San Mateo Correa y San Manuel Morales atrajeron a 500 y 1,000 peregrinos respectivamente. Estas manifestaciones de fe son organizadas principalmente por la Arquidiócesis de Durango y la Diócesis de Gómez Palacio, con la participación activa de cofradías, grupos de danza tradicional, seminaristas, religiosas y familias devotas.
La peregrinación a los Santos Mártires Duranguenses, programada del 9 al 14 de agosto de 2025, tiene un doble propósito: conmemorar a los mártires locales y cumplir una labor evangelizadora, especialmente durante el Año de la Esperanza. Los participantes siguen un estricto itinerario que incluye caminatas matutinas y descansos vespertinos, creando un ambiente de reflexión y comunidad. Según datos de la Arquidiócesis, en ediciones anteriores el 58.6% de los peregrinos (3,516 personas) fueron adultos entre 18 y 59 años, el 30% (1,800) menores de 18 años y el 11.4% (684) adultos mayores de 60 años, demostrando cómo esta tradición trasciende generaciones.
Además de estas peregrinaciones, Durango mantiene viva su centenaria devoción a la Virgen de Guadalupe, que se celebra del 16 al 24 de diciembre. Esta festividad, íntimamente ligada a las posadas navideñas, recrea el peregrinar de José y María y se ha convertido en símbolo de unidad comunitaria y gratitud. Ambas tradiciones reflejan el profundo arraigo cultural y espiritual de los duranguenses, combinando elementos religiosos con manifestaciones culturales propias de la región.
El carácter intergeneracional de estas peregrinaciones evidencia su importancia como espacios de transmisión de valores y tradiciones. Mientras los adultos encuentran en ellas un momento de recogimiento espiritual, los jóvenes tienen la oportunidad de conectarse con su herencia cultural. Las autoridades eclesiásticas destacan que estos eventos fortalecen el sentido de comunidad y permiten mantener viva la memoria histórica de los mártires que dieron su vida por la fe en la región.
En un mundo cada vez más acelerado, las peregrinaciones duranguenses ofrecen un espacio para detenerse, reflexionar y reconectarse con lo esencial. Más que simples actos religiosos, son manifestaciones culturales que tejen la identidad colectiva de Durango, demostrando cómo la fe puede ser un poderoso elemento de cohesión social y preservación de tradiciones ancestrales.