Del mes de julio a septiembre, los bosques del Estado de México abren paso al micoturismo, una actividad que permite explorar la riqueza de los hongos silvestres guiados por el conocimiento ancestral de las comunidades locales. Agosto, conocido como "hongosto", es el punto culminante de esta temporada, cuando especies comestibles como los hongos de ocote, duraznillo o pambazo brotan con abundancia. Municipios como Amanalco, Amecameca, Jiquipilco y Ocoyoacac ofrecen recorridos donde se enseña a recolectar con respeto, culminando en cocinas comunitarias donde los hongos se transforman en platillos tradicionales. Esta iniciativa, impulsada por la Secretaría de Cultura y Turismo del Estado de México, promueve un turismo sostenible que fortalece la economía local y la conexión con la naturaleza.