Como cada 16 de julio, Oaxaca honra a la Virgen del Carmen con la tradicional fiesta del Carmen Alto, una celebración profundamente enraizada en el barrio de Xochimilco, donde el templo que lleva su nombre conserva vestigios de la antigua adoración a la diosa Centéotl.
Esta simbiósis religiosa, promovida por los primeros evangelizadores y consolidada con la presencia de los carmelitas descalzos en el siglo XVII, dio origen al Convento del Carmen Alto, actual epicentro de la festividad.
Aunque en el pasado esta fecha marcaba el inicio de la Guelaguetza, en 2025 el Gobierno del Estado decidió separar ambas celebraciones. No obstante, el fervor por la Virgen del Carmen se mantiene intacto. Este año, las actividades comenzaron con las tradicionales mañanitas organizadas por el arzobispado.
En ediciones anteriores, las delegaciones de la Guelaguetza acudían al templo a rendir homenaje antes de sus presentaciones, reforzando el vínculo entre fe y cultura.
Pese a la separación oficial, la Virgen del Carmen sigue siendo un símbolo de identidad para el barrio de Xochimilco, cuyas calles empedradas y antiguos lavaderos resguardan la memoria viva de esta devoción.
En medio de la alegría festiva de julio, la Virgen del Carmen recuerda el profundo sentido comunitario de las celebraciones oaxaqueñas: una unión de fe, tradición e identidad colectiva.