Ser madre soltera en México representa una experiencia llena de desafíos que no solo se limitan a las dificultades cotidianas, sino también a los obstáculos estructurales que las mujeres enfrentan debido a su situación.
Desde el momento en que una mujer decide criar sola a sus hijos, asume una serie de responsabilidades que requieren de una gran fortaleza emocional, resiliencia y, en muchos casos, sacrificios personales y familiares.
Sin embargo, las dificultades no solo provienen de la carga emocional y de crianza, sino que también se suman factores económicos, laborales y sociales que agravan aún más su situación.
Según datos del Censo de Población y Vivienda 2020, actualizados en octubre de 2021 por el INEGI, 7.0% de las mujeres que han tenido al menos un hijo se encuentran en esta situación, lo que equivale a aproximadamente 4.18 millones de mujeres.
Este porcentaje, aunque no es minoritario, esconde una gran variedad de historias y realidades que afectan de manera directa el bienestar de estas madres y sus hijos.
Cifras que muestran la difícil realidad
Los datos del INEGI muestran que las madres solteras, en su mayoría, tienen hasta dos hijos nacidos vivos (77.1%), mientras que el 20.4% tiene entre tres y cinco, y el 2.5% tiene seis o más.
En cuanto a su distribución geográfica, el 19.5% de las mujeres de 15 años o más que viven en localidades de 2,500 habitantes o más son madres solteras, pero este porcentaje disminuye al 13.9% en comunidades más pequeñas.
En materia educativa, el 3.2% de estas madres no tiene instrucción, el 46.4% ha cursado educación básica, el 26.0% cuenta con educación media superior y el 24.3% con educación superior, según el mismo censo de 2020.
A pesar de este nivel educativo, su participación en el mercado laboral está marcada por la desigualdad: el 75.2% de ellas forma parte de la población económicamente activa, una cifra alta, pero que no se traduce necesariamente en ingresos dignos.
Aunque su nivel educativo puede ser alto en muchos casos, esto no siempre se traduce en mejores condiciones laborales, debido a las dificultades para acceder a empleos bien remunerados y con condiciones flexibles.
Cuidado infantil recae en su mayoría en las madres
La Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) 2022 del INEGI reveló que el 86.3% de los niños de 0 a 5 años y el 81.7% de los menores de entre 6 y 17 años reciben atención directamente de su madre.
Además, el 87.6% de las mujeres que residen con al menos un hijo o hija menor de edad declararon ser quienes dedican más tiempo a su cuidado. Esta carga de trabajo no remunerado tiene un impacto directo en su acceso al empleo o a oportunidades de desarrollo personal y profesional.
El mismo estudio del INEGI indicó que el 54.1% de las madres que no trabajan, pero desean hacerlo, no buscan empleo porque no tienen con quién dejar a sus hijos pequeños, personas mayores o enfermas. La falta de servicios públicos de cuidado accesibles sigue siendo una de las principales barreras para la inserción laboral de las madres solteras.
Otro dato revelador de la ENASIC 2022, es que el 6.7% de las madres jóvenes de entre 15 y 24 años combina la crianza de sus hijos con los estudios. Este grupo enfrenta un esfuerzo doble, ya que debe atender responsabilidades académicas al tiempo que ejerce un rol de cuidado intensivo, en una etapa de la vida donde muchas aún dependen económicamente de otras personas o buscan terminar su formación educativa.
Además, entre las madres solteras que sí están ocupadas laboralmente, el INEGI identificó que el 27.9% tiene entre 15 y 29 años, el 50.4% tiene entre 30 y 49 años y el 21.7% tiene 50 años o más. Esta distribución contrasta con la de las mujeres solteras sin hijos, donde el 68.0% tiene entre 15 y 29 años, el 25.2% entre 30 y 49, y sólo el 6.8% tiene 50 o más.
Apoyos disponibles y desafíos para acceder a ellos
A pesar de los retos, existen programas gubernamentales diseñados para apoyar a las madres solteras, aunque el acceso a ellos puede variar.
Entre los principales se encuentran el Programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños Hijos de Madres Trabajadoras, que ofrece un subsidio bimestral para el cuidado infantil, y la Pensión Bienestar para Madres Solteras y Trabajadoras, que brinda ayuda económica a mujeres en situación de vulnerabilidad.
También existen apoyos educativos y becas para los hijos de madres solteras, así como el programa "Mujeres con Bienestar" en el Estado de México, que otorga 2,500 pesos bimestrales a mujeres de 18 a 64 años que viven en situación de pobreza.
Además, hay iniciativas específicas como el Seguro de Vida para Jefas de Familia, el programa del CONACYT para madres estudiantes de educación superior, y el apoyo para madres jefas de familia que cursan estudios de posgrado a través del SECIHTI.
No obstante, para acceder a estos beneficios es necesario cumplir con una serie de requisitos y trámites, usualmente a través de plataformas digitales o directamente en oficinas de las instituciones correspondientes, lo que puede ser un obstáculo adicional para muchas mujeres en situación vulnerable.
Las madres solteras en México, aunque representan un porcentaje significativo del total de madres en el país, siguen siendo un grupo con múltiples necesidades insatisfechas y con un nivel de exposición constante a la desigualdad social, económica y de género.
Mientras que el discurso público sobre la maternidad en México suele estar cargado de reconocimientos y homenajes, la vida cotidiana de millones de madres solteras está marcada por la falta de apoyo, la sobrecarga de tareas y la lucha constante por sostener a sus familias con escasos recursos.