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06 de Mayo del 2025
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Todo listo para el cónclave: ¿Qué es y cómo funciona?

Todo listo para el cónclave: ¿Qué es y cómo funciona?

Este 7 de mayo comenzará uno de los eventos más importantes para la Iglesia católica: el cónclave en el que 133 cardenales con derecho a voto, provenientes de 70 países, se reunirán en la Capilla Sixtina del Vaticano para elegir al sucesor del papa Francisco, quien falleció el lunes 21 de abril a los 88 años.


Durante esta elección, los purpurados permanecerán encerrados "bajo llave" hasta llegar a un acuerdo, una tradición que ha evolucionado desde el siglo XIII y que hoy sigue normas precisas establecidas por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis.


La Capilla Sixtina, famosa por los murales de Miguel Ángel que decoran su techo y la pared del Juicio Final, ha sido acondicionada especialmente para el cónclave. Se instalaron asientos en dos filas, una urna para las papeletas y un sistema de chimenea por donde saldrá humo negro si no hay acuerdo o blanco si ya se ha elegido al nuevo pontífice.




Durante la preparación del recinto, se cerraron salas anexas desde el 28 de abril y se retiraron elementos para instalar la infraestructura necesaria. Además, se habilitó la llamada "Sala de las Lágrimas", donde esperan tres trajes papales de distinto tamaño para el nuevo líder, quien suele acudir allí a desahogar su emoción antes de salir al balcón a dar su primera bendición.




El cónclave es uno de los eventos más significativos de la Iglesia Católica, ya que en él se elige al líder espiritual de más de mil millones de fieles en el mundo. La palabra "cónclave" proviene del latín cum clave, que significa "con llave": los cardenales son literalmente encerrados sin contacto con el exterior hasta que se toma una decisión.


Este procedimiento está regulado por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis. Sólo los cardenales menores de 80 años tienen derecho a votar, y aunque la norma establece un máximo de 120 electores, en este cónclave participarán 133 cardenales de 70 países, el grupo más internacional en la historia de la Iglesia.




Antes del inicio formal del cónclave, los cardenales celebran una misa matutina. Luego se trasladan en procesión a la Capilla Sixtina, donde prestan juramento de secreto y quedan aislados. Las votaciones se hacen en secreto, escribiendo el nombre del candidato en una papeleta.


Si nadie alcanza los dos tercios de los votos, se repite el proceso hasta lograrlo. Después de cada ronda, las papeletas se queman: si el humo es negro, no hay Papa; si es blanco, el mundo sabe que ha sido elegido.


A lo largo de los siglos, el proceso ha evolucionado. En la Edad Media, algunas elecciones papales tardaban meses o incluso años, como el caso de Gregorio X, en 1268, cuyo cónclave duró casi tres años. Actualmente, el procedimiento suele completarse en pocos días.




Una vez que un candidato obtiene los votos necesarios, se le pregunta si acepta el cargo y qué nombre desea adoptar. Tras su aceptación, el nuevo Papa recibe el homenaje de los cardenales y es presentado al mundo con la tradicional frase: Habemus Papam. Después, imparte su primera bendición Urbi et Orbi desde el balcón de la Basílica de San Pedro.


Con la Capilla Sixtina ya lista y el ambiente preparado, la Iglesia Católica está a la espera de un nuevo líder espiritual, en uno de los momentos más solemnes de su historia contemporánea.





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