La Administración para el Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos ha señalado que el robo de combustible a Petróleos Mexicanos (Pemex) se ha convertido en una de las principales fuentes de financiamiento para diversos cárteles de la droga en México. En su Evaluación Nacional de Amenazas por Drogas 2025, la DEA destaca que organizaciones como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cártel de Sinaloa, La Familia Michoacana y el Cártel del Golfo están involucradas en sofisticados esquemas de robo y contrabando de petróleo crudo y combustibles derivados de Pemex hacia Estados Unidos, donde son vendidos ilegalmente a empresas del sector energético.
Estos grupos criminales emplean diversas tácticas para sustraer el combustible, incluyendo la perforación ilegal de ductos, el robo en refinerías, el secuestro de camiones cisterna y la corrupción de empleados de Pemex. El crudo robado es contrabandeado a través de la frontera, a menudo disfrazado como "aceite residual" u otros materiales peligrosos, para evitar la detección y los impuestos.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha impuesto sanciones a individuos y empresas vinculados a estas actividades ilícitas. Por ejemplo, el 1 de mayo de 2025, se sancionó a tres miembros del CJNG y a dos compañías mexicanas de transporte por su participación en una red de tráfico de drogas y robo de combustible.
Estas operaciones no solo generan pérdidas económicas significativas para México y empresas estadounidenses, sino que también financian actividades delictivas y fomentan la violencia y la corrupción en ambos países.