La Comisión Nacional del Agua (Conagua) se mantiene en vigilancia ante una zona de baja presión en el océano Pacífico, que podría convertirse en el próximo ciclón tropical de la temporada y llevar el nombre de Gil.
De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), este sistema se encuentra a unos 555 kilómetros al sur-suroeste de Acapulco, Guerrero, y mantiene un 40% de probabilidad de desarrollo ciclónico en 48 horas y 80% en los próximos siete días.
El fenómeno está asociado con la onda tropical número 8 y se desplaza hacia el oeste-noroeste. De continuar su evolución, se espera que durante el fin de semana se forme el ciclón tropical frente a las costas de Guerrero y Michoacán, lo que activaría alertas por lluvias intensas y posible impacto en zonas del sur y occidente del país.
Hasta el momento, la temporada de huracanes en el Pacífico ha registrado tres tormentas tropicales: Alvin, Cosme y Dalila, así como tres huracanes: Bárbara, Erick y Flossie. Gil sería el séptimo sistema con nombre en lo que va de la temporada 2025.
El SMN advirtió que, a partir del sábado 5 de julio, la zona de baja presión o posible ciclón se desplazará de manera paralela a las costas de Guerrero, Michoacán y Colima, generando lluvias fuertes a muy fuertes y desprendimientos nubosos que afectarán diversas entidades.
Ese día, se pronostican lluvias muy fuertes (50 a 75 mm) en zonas de Sonora, Chihuahua, Durango, Sinaloa y Nayarit; mientras que en estados como Coahuila, Nuevo León, Zacatecas, Aguascalientes, Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, se esperan chubascos con lluvias fuertes.
Además, se prevén intervalos de chubascos (5 a 25 mm) en una amplia franja del país que incluye a Tamaulipas, San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, Ciudad de México, Estado de México, Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Las autoridades recomiendan a la población mantenerse informada a través de fuentes oficiales y estar atenta a las indicaciones de Protección Civil, ya que las lluvias podrían provocar encharcamientos, deslaves e inundaciones en algunas zonas.