La Troca, exlíder del Cártel de La Familia Michoacana, fue entregado a las autoridades mexicanas por agentes de Estados Unidos para que cumpla en México una condena de 20 años de prisión por delincuencia organizada
Entre 2006 y 2009, La Troca encabezó a La Familia Michoacana, grupo criminal dedicado principalmente al tráfico de grandes cantidades de metanfetamina y cocaína hacia Estados Unidos, además de lavar los ingresos obtenidos por la venta de drogas, según reportes oficiales del gobierno mexicano.
En noviembre de 2024, Berraza Villa -nombre real de La Troca- fue extraditado a Estados Unidos para enfrentar cargos ante la Corte Federal del Distrito Norte de Texas. Allí fue juzgado por asociación delictuosa, delitos contra la salud y lavado de dinero.
Tras ser sentenciado a 240 meses de prisión (20 años), las autoridades estadounidenses autorizaron su extradición temporal a México para que continúe cumpliendo su condena
La entrega se llevó a cabo en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de Toluca, Estado de México, con la participación de personal estadounidense, que puso al detenido a disposición de la justicia mexicana.
Este procedimiento forma parte de la cooperación bilateral entre ambos países para combatir el crimen organizado y asegurar que los sentenciados cumplan sus penas en el lugar correspondiente.
¿Cómo fue su arresto?
Durante la misa en honor a la hija de La Troca, la iglesia fue rodeada por aproximadamente 200 policías, quienes lograron detener a 34 personas vinculadas presuntamente con La Familia Michoacana.
La Troca, en ese momento, era señalado como el principal responsable del tráfico de drogas desde México hacia Estados Unidos, especialmente de la metanfetamina conocida como "Ice".
Las autoridades informaron que durante el operativo, además de las detenciones, se aseguraron 11 vehículos, dos armas largas, teléfonos celulares y cerca de 4,500 pastillas utilizadas para la fabricación de narcóticos.
Cuando Miguel Ángel fue interrogado por las fuerzas de seguridad, respondió que se dedicaba a la agricultura, pero también colaboraba con La Familia Michoacana
Este operativo generó una reacción importante por parte de la Iglesia Católica. La Conferencia del Episcopado Mexicano emitió un comunicado en el que condenó el uso de la fuerza dentro de un espacio religioso, argumentando que los fines no justifican los métodos empleados en este y otros casos similares.
La protesta reflejó la preocupación por el respeto a los recintos sagrados, incluso en situaciones de alto riesgo.