Por: Andrés Solis (aasolisa)
Ante la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos, el gobierno mexicano decidió dar un nuevo impulso a la marca "Hecho en México" para promover los productos fabricados en el país, proteger empleos y fortalecer a las empresas nacionales.
Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta de México, hizo el anuncio el 3 de abril del 2025, "vamos a fortalecer y ampliar la fabricación nacional para el mercado interno de la industria textil, del calzado, de muebles, acero y aluminio, semiconductores, paneles fotovoltáicos, baterías, dinsutria creativa, entre otros".
El sello "Hecho en México" nació en 1978, como consecuencia de la campaña "Lo hecho en México está bien hecho", impulsada por el expresidente Luis Echeverría Álvarez a mediados de los años 70, cuando la economía mexicana estaba cerrada a las importaciones y al libre mercado.
La meta entonces era elevar la calidad de los productos mexicanos para que pudieran competir en el mercado internacional.
Pablo Mejía Reyes, profesor e investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma del Estado de México, plantea, "al gobierno le toca sentar las condiciones apropiadas para el funcionamiento del sistema económico, de las empresas, de los trabajadores y eso tiene que ver con las instituciones".
En 1993, un año antes de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio (TLC), de América del Norte, el gobierno de Carlos Salinas de Gortari impulsó la campaña "Al tratado hay que entrarle con calidad", con el que quería mostrar que los productos nacionales tenían la calidad para enfrentar la apertura comercial.
Durante el primer gobierno panista se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) la primera actualización a la norma oficial mexicana de 1978, que presentó cambios en el logotipo de la marca "Hecho en México".
Pero fue hasta el gobierno de Felipe Calderón que se relanzó oficialmente este sello, para hacer frente a la desaceleración económica mundial.
En 2017 se hizo otro relanzamiento de "Hecho en México", tras la llegada de Donald Trump a su primer periodo presidencial en Estados Unidos, que vino acompañada de la primera aplicación de aranceles contra productos nacionales.
Hoy el gobierno se ha sumado a estas estrategias del pasado, pero sin corregir lo que ha fallado.
"Lo que hace falta es un énfasis mayor en el tema de la productividad y de la eficiencia; el salario podrá seguir incrementándose solamente si somos más productivos, si las empresas innovan, si hacen mejor uso de los recursos, es decir, mejorar la eficiencia, para poder ser competitivos", indica Mejía Reyes.