El accidente del buque escuela mexicano Cuauhtémoc en el puente de Brooklyn no fue consecuencia de errores humanos ni fallas técnicas, sino que se debió a factores externos relacionados con la falta de propulsión necesaria, según informó la Cámara Mexicana de la Industria del Transporte Marítimo (Cameintram)
José Manuel Urreta, presidente de esta organización, explicó que el barco quedó a merced de fuertes corrientes y ráfagas de viento, lo que provocó que impactara contra la estructura del puente.
Urreta destacó que, aunque la tripulación del Cuauhtémoc está altamente entrenada y opera bajo estrictos protocolos internacionales de seguridad, el mar es un entorno cambiante y complejo.
Variables como las condiciones meteorológicas y el estado del agua pueden alterar incluso las maniobras mejor planificadas.
En este sentido, señaló que este tipo de incidentes forman parte de los riesgos inherentes a la navegación marítima y no necesariamente indican negligencia o problemas técnicos
Un elemento clave en el desarrollo del percance fue el remolcador que asistía al Cuauhtémoc durante la maniobra de salida. Según Urreta, este remolcador dejó de proporcionar el apoyo necesario en un momento crítico, lo que aumentó la vulnerabilidad del buque frente a las condiciones adversas del entorno. Este detalle cobra relevancia para entender cómo se desencadenó el accidente.
El Cuauhtémoc, un buque escuela emblemático de México, se encontraba realizando una visita a Nueva York desde el 13 de mayo como parte de su misión de formación naval y diplomacia pública.
La noche del sábado, con más de 180 personas a bordo, se preparaba para zarpar rumbo a Islandia cuando ocurrió el incidente. Afortunadamente, no se reportaron daños estructurales en el puente de Brooklyn, según las autoridades locales.
El presidente de Cameintram recordó que la operación de embarcaciones de instrucción como el Cuauhtémoc está regulada por normas internacionales como el Convenio SOLAS (Safety of Life at Sea), el Código ISM (International Safety Management Code) y el Reglamento Internacional para Prevenir Abordajes en el Mar (COLREG).
(2) #BuqueCuaúhtemoc La imagen refleja la trayectoria que debió seguir el buque (trazo verde) sin embargo, no tuvo disponible la propulsión y quedó a merced del viento y fuerte corriente impactando en el puente. Además, el remolcador, auxiliar en la maniobra, lo dejó a la deriva. pic.twitter.com/aB7ToDNrRW
Estas reglas buscan garantizar la seguridad de las naves y sus tripulaciones en situaciones complejas, reforzando la idea de que el accidente no fue producto de un descuido
Por su parte, el titular de la Secretaría de Marina, Raymundo Pedro Morales, señaló que las investigaciones para esclarecer las causas del choque avanzan con transparencia y responsabilidad. Aunque aún no se ha emitido un informe oficial, se apunta a problemas relacionados con el sistema de remolque como posible factor en el incidente.
Finalmente, Urreta expresó su respaldo al mando y a la tripulación del Cuauhtémoc, resaltando su dedicación en la formación naval y su papel como representantes diplomáticos de México en los océanos del mundo.
Subrayó que, durante maniobras delicadas como zarpar o atracar, una corriente inesperada o una ráfaga de viento pueden cambiar la trayectoria del barco, incluso cuando se siguen todos los procedimientos y se cuenta con apoyo especializado.